Se le podrán reprochar muchas cosas a Sebastián Rodríguez López, empresario de El Puerto, pero no que rehuya dar la cara ante los aficionados y lo hizo ayer en la peña museo "José Luis Galloso" de El Puerto.

Y fue un encuentro buscado, porque fue la propia empresa la que convocó a peñas y aficionados a este encuentro para tratar de el toreo en El Puerto, cita que se sabía que se iba a convertir en un repaso a la empresa en el último año del periodo contratado de explotación de la Plaza Real.

Y aunque algún aficionado cuestionaba para qué servía este debate que moderó, no sin alguna fatiga, quien escribe esta información, fue positivo aunque en un ambiente a rachas casi hostil, el empresario fue cuestionado y puesto en cuestión.

Incluso por crímenes ajenos, como el de suprimir el descuento del 50% en los abonos, achacable a otro. Sí que se le reprochó la descomunal subida del abono en el año de la llegada de la empresa, y con pruebas fechacientes.

El repaso fue variopinto: los carteles, los precios, el ganado que se escobilla, los abonos, las obras que no son un mérito sino una exigencia del pliego y algo de fácil defensa: que la empresa no menudeaba estos encuentros: "los hicimos los dos primeros años pero no venía nadie y los quitamos", explicó Enrique Bartolomé, encargado de las relaciones institucionales y abogado de la empresa Serolo.

Serolo explicaba que había perdido mucho dinero en El Puerto, más de un millón de euros según dijo al principio del coloquio aunque al final acudió a la vieja moneda: "casi doscientos millones de pesetas". Razonaba el empresario que "llevamos una ruina con El Puerto tremenda pero hemos cumplido el pliego y siempre ha habido toros para sortear, además se han hecho las obras. Es un pliego muy duro".

Una "crisis tremenda", una "plaza complicada que no tiene su feria" y cuyos carteles "tienen que ser redondísimos y a veces faltaba incluso con los carteles redondos": "yo no tengo culpa de la crisis".

Y es que no viene gente a los toros, apostillaba Enrique Bartolomé dando cifras: "en un cartel de Ponce, Juli y Manzanares hubo 2.700 personas de pago; a otro de Ponce, El Cid y Castella , 2.800; con Bohórquez, Ponce y El Cid hubo 1.800 personas; con El Juli, Talavante y Cayetano, 2.900 personas y con Padilla, Morante y Talavante en el 2012, 4.800 personas de pago". Se quejaba Bartolomé que a eso había que sumar los seicientos "gañotes" -la expresión es mía- que reparte el Ayuntamiento a placer: "con el único que no he perdido dinero en El Puerto es con Morante", dijo Serolo, "los demás nos han tocado el bolsillo". Y es que ser empresario no es fácil: ni ponerse delante de la taquilla tampoco.