GANADERÍA: Toros de Salvador Domecq, el 4º lidiado como sobrero, bien presentados y de juego desigual.TOREROS: José Tomás, de verde esperanza y oro, ovación y oreja; Alejandro Talavante, de lila y oro, ovación y dos orejas. David Silveti, de blanco y oro, ovación y ovación. Incidencias: Plaza de Toros de Gijón. Lleno de cartel de no hay billetes.

Alejandro Talavante cortó ayer dos orejas al quinto de la tarde ayer en Gijón. Una tarde en la que el mexicano Diego Silveti tomó la alternativa de manos de José Tomás, que brilló al natural en el cuarto.

El extremeño estuvo soberbio. Se pasó primero al toro muy de cerca echándose el capote a la espalda. Después comenzó la faena por estatuarios para firmar a continuación dos series extraordinarias con la zurda y otra con la mano derecha rotunda. Al final se dio un arrimón de vértigo para terminar con unas bernadinas de mucho ajuste.

Bonito y bajo, el tercero duró un suspiro, pues después de las dos primeras series con la mano derecha comenzó a protestar y salir del muletazo buscando la playa de San Lorenzo. Talavante compuso y condujo con asiento las pocas embestidas que el toro tuvo y lo mató de un estupendo volapié a la segunda.

José Tomas cuajó posiblemente la mejor actuación desde su retorno a los ruedos. Volvió a chiqueros el cuarto y al sobrero tampoco le sobro fortaleza. Lo asentó el torero en el piso, le dio pausas y confianza antes de cuajarlo por el pitón izquierdo en cuatro series de mucha entidad, tirando del toro hundido en el piso. Una estocada defectuosa previa a la definitiva le dejo sin el doble premio.

Al primero de José Tomás le faltó raza, porque tardeó en los cites y le faltó recorrido tras el embroque. El madrileño, que cuajó un asentado quite por gaoneras, anduvo bien plantado en la arena pero sin conseguir que la faena despegara. Se pidió tibiamente la oreja tras una buena estocada.

Diego Silveti ingresó con éxito en el escalafón de matadores. José Tomás le cedió los trastos y le concedió la alternativa, la segunda que da el madrileño en su carrera. No podía fallar por hechuras el toro de la alternativa y no lo hizo, un noble colaborador y permitió una faena de agradable descripción del torero de Irapuato, que se lució por gaoneras y destacó toreando sobre la mano derecha. No mereció pincharlo pero lo hizo en dos ocasiones, se esfumó el premio. Más redonda aún fue su actuación ante el sexto, un toro con calidad al que toreó con una despaciosidad impropia de un torero recién alternativado. Firmó muletazos muy lentos aderezados con las ganas de un torero que necesita abrirse paso. Lo pinchó.