Toros

El Club Taurino 'El Rabo' de El Puerto entrega su galardón a Pepín Liria

  • Se concede al matador de toros que consigue cortar un rabo en la Plaza Real

El Club Taurino "El Rabo" de El Puerto ha entregado al mediodía del domingo su galardón -consistente en un bronce de Joselito el Gallo alzando los máximos trofeos, obra de Enrique Calvario- al matador de toros Pepín Liria.

El trofeo lo otorga automáticamente el club al matador de toros que consiga cortar un rabo en la Plaza Real y en esta ocasión el corte fue simbólico ya que Pepín Liria obtuvo los máximos trofeos tras indultar al toro "Insensato", en agosto de 2008.

Fue el cuarto toro de un encierro de "Ganadería Marqués de Domecq" muy bien presentado y dando mucho juego. Cortó una oreja para Jesuli de Torrecera y el ganadero Fernando Domecq también salió a hombros con el mayoral. El astado, que pesó 510 kilos y estaba marcado con el número 55.

Al acto de la entrega, celebrado en la sede de la peña de la calle Mazzantini, asistió una representación de la familia taurina de El Puerto, además del alcalde Enrique Moresco: acompañaron a los socios del club el matador de toros José Luis Galloso y los presidentes de aquella temporada, Ana Alonso y Rafael Sestelo, que fue quien ocupaba el palco en aquella memorable corrida goyesca que además fue la despedida de Liria en El Puerto en el año de su retirada de los toros. También estuvieron miembros de las otras peñas taurinas federadas de El Puerto, como representantes de la peña Galloso y de la Tertulia Taurina "El Monasterio".

El acto fue presentado por el cronista taurino de este medio, Francisco Orgambides, e intervinieron el presidente del club Jesús Domínguez, quien además recordó a l autor del trofeo, Enrique Calvario; José Luis Galloso quien ostenta el récord de rabos cortados en la Plaza Real y felicitó a su compañero y el presidente de aquella tarde, Rafael Sestelo, que dijo que Pepín toreó como los ángeles.

En sus palabras Liria, en el primer acto taurino tras su retirada en tres años, evocó que en aquella tarde no le llegó al hotel el traje goyesco hasta poco antes de la hora de vestirse y recordó otra faena muy especial de su carrera en El Puerto con un toro de Adolfo Martín.

El alcalde, cerró el acto y bromeó pidiendo una silla, recordando el gesto de Morante, la víspera en el coso portuense.

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