Toros

Tendero reivindica la Fiesta en Barcelona indultando un toro

  • El diestro albacetense cuaja una gran faena a su primer astado · El jerezano Juan José Padilla es silenciado y el linarense Curro Díaz, ovacionado · Interesante corrida del hierro de Valdefresno

GANADERÍA: Toros de Valdefresno, bien presentados y de juego variado. El mejor, el tercero, que fue indultado, de nombre 'Rayito', número 23, de pinta negra, nacido en enero de 2006 y que dio en la báscula 553 kilos. TOREROS: Juan José Padilla, dos pinchazos y estocada caída (silencio). Pinchazo y estocada (silencio). Curro Díaz, metisaca en los blandos, media trasera y caída y nueve descabellos (ovación tras aviso). Pinchazo y estocada (ovación). Miguel Tendero, no mató a su primero, que fue indultado (dos orejas y rabo simbólicos). Pinchazo, estocada y dos descabellos (ovación tras aviso). Incidencias: Monumental de Barcelona. Se leyó por megafonía, en castellano y en catalán, un manifiesto redactado por los profesionales del toreo para solidarizarse con la afición catalana y la libertad de poder asistir a las corridas de toros. La lectura se cerró con un "¡Viva la fiesta de los toros!". La plaza tuvo algo más de un cuarto de entrada en tarde calurosa.

El diestro Miguel Tendero protagonizó una tarde de gran emotividad al indultar un buen toro de la ganadería de Valdefresno y salir a hombros en la corrida celebrada ayer en Barcelona, la primera después de que el Parlamento catalán las prohibiese el pasado miércoles en todo el territorio.

En Barcelona tuvo que ser. La Fiesta de los toros prohibida desde el pasado miércoles, y ayer, en la primera corrida de la era prohibicionista se vivió uno de los pasajes más conmovedores del año: el indulto de un toro, el perdón de una vida, máxima expresión triunfal en un ruedo, y más en uno en el que los toros tienen sus días contados. Un ejemplo de sensibilidad taurina.

Fue en el tercero, primero del lote de Miguel Tendero, que para más emotividad, hacía su debut en Barcelona. Qué contradicción. Presentarse y posiblemente despedirse de una plaza el mismo día.

Tendero se lució en el recibo de capote con bonitas chicuelinas en los medios. En la muleta el manchego lo entendió desde la misma apertura en una faena a más, con momentos de gran intensidad sobre todo por el pitón derecho, por donde exprimió Tendero al máximo a su oponente con series de muletazos largos, ligados y por abajo. El animal no se cansó de embestir en ningún momento, tomando el engaño siempre con prontitud, codicia y clase, arrastrando el hocico por la arena, yendo siempre muy humillado. Al natural también hubo comunión entre toro y torero, que toreó con parsimonia, empaque y suma despaciosidad. En las postrimerías de faena, con un gran clamor en los tendidos, comenzaron a surgir las primeras voces pidiendo el indulto del animal. Tendero siguió toreando mientras la petición iba aumentando cada vez más, hasta que el presidente asomó el pañuelo naranja, perdonándole la vida al de Valdefresno.

Tendero paseó los máximos trofeos simbólicos en una aclamada vuelta al ruedo. En el sexto ya no fue lo mismo. El toro tuvo menos entrega, aunque lució un potable pitón izquierdo, por donde Tendero lo cuajó con naturales de muy buen trazo. De haber matado bien hubiera paseado un trofeo.

Padilla tuvo un lote imposible. Su primero, muy parado, se frenaba además, quedándose a mitad de viaje. El jerezano puso empeño pero sin llegar a estructurar faena. El cuarto fue un inválido, muy protestado, que no tuvo ni un pase en el último tercio, por lo que Padilla tuvo que abreviar.

Curro Díaz marró con la espada una buena faena a su primero, toro que no acabó de entregarse en ningún momento, pero con el que firmó muletazos con especial sabor y empaque. Con el cuarto volvió a estar al mismo nivel Díaz, en otra faena muy artística, con chispazos muy toreros, pero de nuevo lo emborronó con la espada.

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