El matador de toros Salvador Vega regresa mañana domingo a la plaza más importante del planeta taurino. La Ventas de Madrid el coso donde los triunfos abren las puertas de las grandes ferias y lo toreros salen lanzados en categoría y dinero.

Vega regresa después de cuatro años de ausencia y lo hace con la ilusión de poder demostrar su concepto del toreo lleno de esencia, calidad, pellizco, todo ello sumado a la madurez que le ha dado todos estos años el estar en un circuito que por su concepto del toreo no le corresponde.

Para el diestro de la comarca volver a Madrid es un premio al esfuerzo y trabajo de todos estos años. "Es una oportunidad para reivindicar que puedo ocupar un sitio mejor en la Fiesta y eso se arregla pegándole veinte muletazos a un toro y demostrar a una afición tan exigente como la de Madrid que sigo aquí. Lo que está a mi alcance es mostrarme en la plaza con sinceridad y con actitudes positivas y eso así va a ser".

Salvador Vega es un torero maduro que sabe lo que quiere, un torero que ha profundizado mucho en sus formas, que cada vez conoce el toreo más a fondo y que ha entrado en un camino artístico que le llena y que le hace disfrutar cuando el toro se lo permite.

El equipo veterinario de Las Ventas aprobó ayer por la tarde siete toros en el primer reconocimiento de los nueve astados que envió el ganadero Martín Lorca procedentes de su finca en el Castillo de las Guardas. El encaste de este hierro proviene de Juan Pedro Domecq y El Torero.

Un lote variado de capas y bien presentados. Esta ganadería regresa a Las Ventas tras la buena corrida que lidió en junio del año pasado y en la que el diestro David Mora paseó una oreja.

El cartel de la corrida de mañana lo completa el salmantino Eduardo Gallo y el sevillano Oliva Soto, dos toreros también necesitados de un triunfo importante.