Toros

Los Veraguas de la Ruiza, en San Juan

  • Tomás Prieto de La Cal protagonizó en la peña El Castoreño el segundo de sus ciclos taurinos El ganadero de la Ruiza defendió para la Fiesta actual su modelo de toro

"En estos tiempos que corren, como peña taurina hacemos lo que creemos que debemos hacer". Con estas palabras, Juan Blandón, presidente de la peña El Castoreño, saludaba la presencia del ganadero Tomas Prieto de la Cal como invitado al segundo ciclo de conferencias de la peña sanjuanera.

Lleno sobre el imaginario albero de la peña taurina. Los espectadores agotan taquillaje. Prieto de la Cal hace gala del interés de sus toros cuando se anuncia, pero también en su persona se termina ajustando ansioso el interés del aficionado por acercarse a ese universo de los veraguas donde tanta apuesta hay encerrada.

En la mesa, como corresponde a quien ha de lidiar con la faena de interesar, el periodista Manuel Jesús Montes termina siendo un buen seguro para que la conversación en torno a la genética y la leyenda de los últimos veraguas navegue con fluidez y buen tino. El timón de la nave surca entonces el recuerdo hacia el personaje de esa tarde que también lo fue como primer invitado en aquello que Montes rememora, aquel Grupo Taurino Universitario como "una aventura que sembró cosas, de las que muchas terminaron floreciendo".

Tomás Prieto de la Cal viene de que el alcalde sanjuanero le haya recepcionado en el Consistorio y de que los compañeros que andan cámaras en ristre por la provincia hayan dejado plasmada sobre la pared del centro cultural Jesús Quintero, una lustrosa muestra de imágenes de ese paraíso del toro que sigue siendo la Ruiza.

Pero como el toro es el toro, el punto de interés se centra en ese saloncito abarrotado que espera que el ganadero de los veraguas responda a todas esas claves que llegan en forma d e pregunta.

"Yo crío el toro porque siempre he tenido claro que el toro era el centro de la Fiesta. Puede ser que estemos fuera del sistema por creer en nuestro tipo de toro, pero es el que me enseñaron a criar y el que yo procuro inculcar en esos nuevos ganaderos que son mis hijos".

Tomás Prieto de la Cal anda convencido de que su toro tiene futuro en la Fiesta, "aunque para ello tengan que cambiar muchas cosas, pero tengo fe en que eso llegue. No sé cuánto tiempo tardará, pero creo que irá cambiando".

Pasado y presente en los toros de la Ruiza. El periodista pregunta, el público escucha y Tomás vuelve a recoger ese compromiso con la claridad a la hora de hablar del sistema. "Necesitamos quien nos defienda. Estamos desprotegidos y prácticamente tenemos una ganadería que en cuanto a código genético está parejo en interés en cuanto a lince.

Está bien la defensa del toro como acervo cultural, pero hay otros factores, como el medioambiental y el económico, que no se avalan de la forma debida ante los diferentes estamentos europeos. No pueden encasillar al toro como un animal más por mucho que reciba subvenciones europeas. Estoy en una asociación que no defiende como debiera ese valor de encastes tan singulares. Estamos manteniendo un código genético que tiene más de trescientos años. ¿Eso no es importante?".

Prieto de la Cal siguió definiendo a sus toros como animales atractivos por ese pelaje jabonero tan particular de los veraguas. Pelos que pasan por todos los matices de color, desde los albahios a los melocotones, aunque, como definió el ganadero, "tenemos un toro con una musculatura muy marcada, en el que destaca esa mirada viva y penetrante, sin ser demasiado agresivo de cara. Es un animal que suele dar espectáculo de salida, en los primeros tercios. Si además dura en la muleta treinta muletazos, termina siendo espectacular".

La charla deriva hacia el momento de su ganadería en cuanto a su presencia en ferias. Prieto de la Cal recapacita sobre el bastión que Francia ha supuesto siempre para sus toros, aunque también reconoce que el norte de España, Zaragoza y en algunas plazas como Calasparras y Lodosa, la divisa tiene un destacado cartel. "Sé que las figuras del toreo están preparados para poder con cualquier toro, lo que también tengo claro es que ellos no se van a anunciar con veraguas, aunque a la postre fuese beneficioso para la Fiesta. Las figuras de aquellos años iniciales de mi padre se atrevían con todo e incluso con los toros de esta casa. Del escalafón actual, tan solo Ponce toreó una corrida nuestra. No digo que en algunos momentos no haya pensado en quitar de enmedio la ganadería, pero de ninguna forma hemos pensado nunca en cambiar el criterio por el que se cría el toro de esta casa. Yo soy ganadero del todo o nada".

Como final, la peña El Castoreño honró a sus invitados con diversos recuerdos de su paso por un acto en el que acompañaron al ganadero su madre, Mercedes Picón, Marquesa de Seoane; el alcalde de San Juan, el matador de toros Pepe Doblado y el novillero Juan Ramón Jiménez.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios