Toros

Viento, fallos en la suerte suprema y sin trofeos

  • El rejoneador Diego Ventura, ovacionado, cuaja una gran faena

  • El Juli despliega oficio ante el peor lote

  • Cayetano, que contó con un toro con calidad, el sexto, da sendas vueltas al ruedo

Cayetano dando la vuelta al ruedo tras matar al sexto toro de la tarde.

Cayetano dando la vuelta al ruedo tras matar al sexto toro de la tarde. / Juan Carlos Muñoz

El marco donde se juegan la vida los toreros en Sevilla, La Maestranza, es una maravilla. Pero en lo que va de temporada, aquel silencio de hace años que nos cautivaba, ha desaparecido. Gritos a destiempo, personal hablando a través del móvil... y todo ello mientras el torero se la juega ante el toro. Luego, hay temas puntuales que desde el pasado Domingo de Resurrección y cuando hay lleno desesperan a los aficionados que han ocupado con tiempo sus asientos y que no pueden ver el paseíllo porque dejan entrar al personal incluso cuando ya han desfilado las cuadrillas. Valgan estas anotaciones para intentar que esta plaza no pierda la solera que la caracteriza.

Con un llenazo en un cartel mixto, con el rejoneador Diego Ventura y los matadores de toros El Juli y Cayetano, se lidiaron dos toros para rejones de Los Espartales, el primero dio muy buen juego y el otro resultó manejable y a menos. Se lidiaron cuatro toros para la lidia a pie, de desigual juego, destacando el sexto, con calidad. Influyó en la lidia un molesto viento que afectó fundamentalmente a los de a pie, El Juli y Cayetano, Los tres toreros fallaron en la suerte suprema, lo que fue decisivo, en parte, para no que hubiera trofeos.

Diego Ventura, con ese material cuajó una grandiosa faena en el que abrió plaza, que malogró con el rejón de muerte. Tras fallar con el rejón de castigo, el primero en bajísimo, brilló con 'Nazarí', dando prácticamente la vuelta al ruedo con el toro imantado en la cola del caballo. Con 'Lio' cuajó un quiebro apurando al máximo. Hubo otro, de dentro afuera, sin apenas espacio. Las sucesivas ovaciones se quedaron pequeñas cuando, a lomos de 'Dolar', prendió un par a dos manos sin cabezada. Con 'Remate' cerró con una corta al violín. Faena de gran altura que malogró con un rejón mal colocado, dos pinchazos y un rejonazo.

Con el manejable cuarto, faena interesante, brillando sobre 'Sueño' en el toreo a caballo en banderillas y con el meritísimo par a dos manos montando nuevamente a 'Dolar'. Faena desigual, con algunas pasadas en falso, hasta que el toro se paró y el jinete volvió de nuevo a fallar con los aceros.

El Juli lanceó bien a la verónica al encastado segundo, que derribó en varas a José Antonio Barroso. El madrileño plasmó un quite por airosas chicuelinas; entrando en liza en el suyo Cayetano, con unas tafalleras y cordobinas. El torero luchaba por controlar la muleta, azotada por el viento. En la pundonorosa faena destacó principalmente en una tanda con mando con la diestra para llegar a un epílogo en cercanías y fallar en la rúbrica con los aceros.

Con el quinto, que llegó a la muleta defendiéndose, El Juli cuajó un trasteo de consumado lidiador. Le sacó al toro lo poco bueno que tenía. Volvió a errar con el verduguillo y escuchó aplausos.

Cayetano, con el tercero, que bajó en trapío con respecto a los anteriores, resultó mansote y huidizo en la muleta concretó una faena voluntariosa, molestado por el viento y en la que se echó en falta mando. Una labor esforzada que brindó a Espartaco, en el callejón, y en la que logró lo mejor en una serie con la izquierda en los medios. Mató de estocada y dio una vuelta al ruedo tras petición de oreja.

El que cerró plaza, un castaño con remate, se empleó en varas en un primer puyazo larguísimo, muy duro. Aún así llegó con calidad a la muleta, aunque le faltó fuerzas y fue a menos. Cayetano, tras un comienzo explosivo, con muletazos sentado en el estribo y con ayudados de rodillas. Con el ruedo en perfecto estado se descalzó; algo poco torero. La música se arrancó con un pasodoble en una tanda diestra, con tres y el de pecho, y el torero mandó que dejaran de tocar. Dibujó los mejores muletazos en otra serie por ese pitón en los medios y volvió a sonar un pasodoble. Luego, con el toro a menos, la labor perdió intensidad. Mató de pinchazo y estocada y dio otra vuelta al ruedo tras petición de oreja.

El público, que quiere a toda costa salir diciendo que se han cortado orejas, asistió a un espectáculo mixto con altibajos, sin trofeos por el fallo con los aceros, y con la incidencia de un molestísimo viento que afectó a los dos diestros (El Juli y Cayetano). El aficionado salía hablando de la gran faena del rejoneador Diego Ventura y en la que Cayetano, que contó con el mejor toro, el sexto, sumó sendas vueltas al ruedo en su lote.

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