Toros

El almeriense Ruiz Manuel, sin suerte en la México

  • El diestro andaluz, de vacío ante un lote peligroso · Mejía corta dos orejas · Hilda Tenorio, en su alternativa, un trofeo

GANADERÍA: Toros de Autrique, bien presentados y complicados. TOREROS: Manolo Mejía, silencio y dos orejas. Ruiz Manuel, silencio tras aviso y pitos tras aviso. Hilda Tenorio, que tomaba la alternativa, ovación y oreja. Incidencias: Plaza Monumental de México. 12.000 espectadores.

La mexicana Hilda Tenorio se convirtió en la primera mujer en tomar la alternativa en la Monumental Plaza México y cortó una oreja en tarde que su padrino y paisano Manolo Mejía cortó dos orejas y salió a hombros en tanto que el español Ruiz Manuel, sin suerte y con un lote infumable, cosechó pitos en su segundo toro. Con una entrada de casi un tercio, unas 12.000 personas se lidiaron toros del hierro de Autrique, muy bien presentados, bravos para los caballos, de diferente comportamiento para los de a pie; sólo se dejaron el cuarto, que mereció arrastre lento, y el sexto, que colaboró con clase. Los otros cuatro deslucidos.

Hilda Tenorio, con el que tomó el doctorado, un ejemplar sin clase y deslucido, estuvo fácil y lo mató de dos pinchazos y un bajonazo. Con el sexto, muy bien con el capote, realizó una faena con talento torero, con firmeza e imponiéndose a algunas ráfagas de viento. Concluyó de pinchazo y gran estocada, para una oreja con vuelta al ruedo con el ganadero, al que pitaron.

Manolo Mejía, con el segundo, estuvo bien a secas, pero sin romper y sin poder callar a sus detractores. Mató de dos viajes y el segundo la estocada cayó baja. Pero se desquitó en el cuarto, al que le cuajó una faena muy torera y series de naturales de magnífica factura. Concluyó con una magnífica estocada y las lanzas las convirtieron en cañas. Dos orejas y el reconocimiento del público.

Ruiz Manuel, sin suerte, con un lote que tuvo peligro y aspereza. Ambos toros derrotaban con la cara arriba. Su labor, nos pareció digna dadas las características de los astados. El público, un tanto intransigente, más no exigente, lo trató con dureza. Escuchó un aviso en cada toro. Mejía fue izado a hombros junto con Hilda.

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