Toros

Una auténtica pantomima

  • La primera corrida de toros de la Feria del Pilar se salda con un encierro inválido de Criado · Manolo Sánchez, única vuelta al ruedo por una labor de enfermero

GANADERÍA: Corrida de Juan Manuel Criado, desigualmente presentada e inválida. TOREROS: Manolo Sánchez, de azul y oro. Estocada (vuelta tras petición). En el cuarto, estocada caída (silencio). Luis Antonio Gaspar 'Paulita', de rosa y oro. Estocada (saludos). En el quinto, estocada que hace guardia y once descabellos (silencio tras aviso). Jesús Martínez 'Morenito de Aranda', de rosa y oro. Pinchazo y media (saludos tras aviso). En el sexto, pinchazo y estocada (silencio). Incidencias: Plaza de toros de la Misericordia. Un cuarto de entrada.

Continúan las farsas por los ruedos españoles. Ayer, en la plaza de la Misericordia de Zaragoza, un encierro podrido de Juan Manuel Criado fue determinante para que la primera corrida de toros de la Feria del Pilar resultara deprimente. Con unos toros inválidos, hasta el punto de que se morían a chorros en la muleta, tras un tercio de varas convertido en un simulacro, no se puede hablar de festejo. De hecho, el público maño estalló en el quinto acto, harto y aburrido de una pantomima en la que se echó en falta un mínimo de emoción. A este paso, no vamos a precisar antitaurinos para acabar con la Fiesta. Por este camino, están echando de las plazas a los aficionados.

Manolo Sánchez fue el único espada que dio una vuelta al ruedo. Tandas por ambos pitones, con algunos muletazos de buen corte. Pero que nadie se llame a engaños. Su obra, una labor de enfermero, la realizó a una babosa, noble y sumamente inválida. Con el cuarto, un toro muy chico, que se tapaba algo por la cara, el público disfrutó de lo lindo con la suerte de la grúa; esa escena humillante en la que un banderillero colea a un supuesto toro bravo para que se levante. Ante ese brío del astado, el vallisoletano no pudo ni marcarse un trasteo funcionarial.

El resto del espectáculo -¡menudo espectáculo!- caminó por la misma senda. Paulita anduvo por allí con el inválido segundo y con el protestadísimo quinto tampoco pudo lucirse.

Morenito de Aranda sólo pudo esbozar alguna verónica con gracia. Luego, en la muleta, su primer oponente, noble, pero sin clase y sin fuerzas, claudicó de inmediato, arrodillándose varias veces en la arena de la Misericordia, como si de un penitente se tratara. Con el que cerró plaza, un astado descastado y parado, el diestro burgalés no pudo brillar.

Las grandes lumbreras que piden que la Fiesta acabe en Cultura tendrán que plantearse si no es conveniente sanear con anterioridad el sector. Por ejemplo, en el tema ganadero; más que para Cultura, los astados de ayer eran para encuadrarlos en Sanidad, por aquello de que parecían pacientes incapacitados que precisaban de una UVI, en lugar de toros bravos con pujanza.

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