Después del fiasco del festejo del pasado Domingo de Resurrección, las puertas de la Maestranza se volvieron a abrir ayer para un evento muy especial: lecciones de toreo para más de un millar de alumnos de distintos colegios y otros centros educativos de Sevilla.

En el mismo ruedo de la Maestranza, pisando su albero, algunos de los niños y adolescentes vivieron y sintieron muy de cerca la tauromaquia en un nuevo Taller de Tauromaquia organizado por la Empresa Pagés en colaboración con la Fundación Cajasol.

Hoy, de 6 a 8 de la tarde, Jornada de Puertas Abiertas, gratuita, para todo el público

Los alumnos, de edades comprendidas entre 6 y 14 años, la mayoría en su primera lección taurina, captaron la belleza, composición y complicaciones de varias suertes del toreo. Todo ello de la mano del matador de toros Eduardo Dávila Miura y del Club de Aficionados Prácticos, colaboradores de la Empresa Pagés en esta actividad.

Desde las diez de la mañana y en sesión ininterrumpida hasta las dos de la tarde pasaron por la plaza de toros de Sevilla centros como Colegio Juan de Mairena, El Buen Pastor, Tabladilla, Las Esclavas, Centro de Mayores Vitalia, Asociación de Discapacitados Paz y Bien, Colegio Mayor San Juan Bosco y Facultad de Ciencias de la Información, entre otros. Los alumnos tomaron nota -¡que diría Juncal!- de verónicas, naturales, de las suertes de picar y de banderillear dentro de un ambiente relajado y festivo.

El diestro Eduardo Dávila Miura y el consejero de la empresa Pagés, Pedro Rodríguez Tamayo, valoraron de forma positiva esta actividad.

Hoy viernes 21 de abril se celebrará la segunda parte de esta actividad con la denominada Jornada de Puertas Abiertas, en la que podrán participar cuantos aficionados lo deseen. Cualquier persona (tanto adultos, como jóvenes y niños) podrán acercarse a la plaza para tomar parte en esta actividad, gratuita, a partir de la seis de la tarde.

El coso sevillano abrirá de 18:00 a 20:00 para que todo aquel que lo desee pueda tomar contacto con capotes, muletas, prender banderillas y hasta sentir las sensaciones del varilarguero subido en un caballo de picar.