Luis Arenas. Torero

"Con la muerte de Manolete decidí hacerme torero"

  • Actual asesor en La Maestranza, ha sido considerado un banderillero muy completo y certero con la puntilla, brillando también en su faceta de tercero

Luis Arenas, asesor de La Maestranza y banderillero, durante la entrevista.

Luis Arenas, asesor de La Maestranza y banderillero, durante la entrevista. / Belén Vargas

Luis Arenas (La Algaba, 1937), actualmente asesor en La Maestranza e impulsor en su día de la Escuela taurina de su pueblo, ha pasado toda su vida dedicada al toro. Lejos de otros compañeros suyos, que acabaron de banderilleros tras intentar abrirse camino como novilleros e incluso matadores, entró pronto en las filas de los banderilleros donde brilló y fue uno de los mejores terceros por su eficacia con el capote, las banderillas y dando la puntilla.

Arenas nos cuenta que su relación con el toro comienza en el matadero de su pueblo: "Iba al colegio. A los siete años nos regalaron un libro de Cervantes. Mi padre me dijo que leyera algo. Le dije que no sabía leer y me mandó a trabajar al matadero. Allí llegaban toros de carne a los que con diez años daba la puntilla. Recuerdo escuchar a Matías Prats por la radio: ‘Ha muerto Manolete’. Y me hinché a llorar. Desde ese momento supe que quería ser torero. La primera vez fue en un herradero en la ganadería de Juan Tassara. Toreé becerras y un cabestro. Luego, una vaca toreada en La Algaba que me pegó una paliza tremenda. Y en Guillena, Bodonal de la Sierra y en La Algaba, otra toreada. Luego, en un festival, me echaron un becerro suizo, huyendo. Me sentí tan mal que me fui a la iglesia, me harté de llorar y me dije que no torearía más. Pero, con 17 años, me prometí que sería banderillero".

De su carrera afirma: "Fui autodidacta. Me compré un carretón para entrenar. La primera vez que triunfé fue en Vista Alegre, en Madrid. Puse cuatro pares de banderillas y corrí un toro a una mano. Nadie me enseñó, aunque me fijé mucho en Almensilla, quien además me ayudó".

En su dilatada trayectoria toreó suelto a las órdenes de “Puerta, Camino, Antoñete, José Luis Barrero, Joselito, Adolfo Rojas, Pepe Mata, Curro Montes y Gabriel Puerta”. Y estuvo fijo en las cuadrillas de “Curri de Camas, Pepe Limeño, José Luis Parada –desde el 69 hasta el 75–, Manolo Cortés –del 75 al 80–, Tomás Campuzano, Manolo Vázquez, José Antonio Campuzano –del 82 al 93– y Chamaco en el 93”.

"Fui autodidacta. Me compré un carretón... Nadie me enseñó, aunque me fijé mucho en Almensilla"

Afirma que "me llamó Paquirri y como no hubiera puesto con él banderillas –el maestro de Barbate era un consumado diestro-banderillero– rechacé la oferta. Yo no soy puntillero, soy torero”. Y sobre el papel del tercero –el banderillero que dentro de la cuadrilla suele apuntillar el toro– afirma: “Un buen tercero es fundamental. Si fallas con la puntilla y se levanta el toro puedes cargarte el triunfo del matador".

El banderillero revive con emoción su retirada: "Fue el 12 de octubre del 93 en Madrid toreando con Manolo Cortés, con el que volví ese día con una corrida de Dolores Aguirre. Brindé el último par en Las Ventas y la gente me ovacionó, me trató como si fuera un hijo de Madrid. Manolo Cortés, que era muy buena gente, me quitó el añadido".

Luis Arenas, en un par en Madrid a un 'palha' en 1982. Luis Arenas, en un par en Madrid a un 'palha' en 1982.

Luis Arenas, en un par en Madrid a un 'palha' en 1982. / Botán

De sus numerosos triunfos y trofeos –Madrid, Sevilla, Logroño...– guarda un recuerdo especial de una tarde pletórica en Bilbao que acaparó titulares en la prensa: “Sucedió en 1986. Toreaba con José Antonio Campuzano. Era un toro de Paloma Eulate, entablerado. No había forma de banderillearlo. Lo saqué a los medios y cuajé un gran par. La gente se volvió loca. Tuve que saludar desde los medios. En La Maestranza me tocaron la música cinco veces en banderillas".

Entre los principales cambios que observa entre su época y nuestros días, apunta: "Hoy no se para al toro. Lo hace el matador. Eso lo veo muy malamente, muy feo". Sobre el futuro de la Fiesta opina que "está todo muy politizado y la política afecta a todo. En Andalucía, afortunadamente, la Junta siempre ha ayudado a la tauromaquia".

Luis Arenas se siente orgulloso de su función como asesor en la plaza de Sevilla: "He tenido la suerte que los presidentes con los que he estado me han escuchado. Ahora, José Luque está bien orientado. Es familia de toreros –hijo de Andrés Luque Gago–. Hemos acertado indultando a ‘Cobradiezmos’ y ‘Orgullito".

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