Feria de la salud · sexta de abono

Una oreja para Hernández en el cierre de la feria en Los Califas

  • Leonardo Hernández cortó la única oreja de la tarde por una vibrante labor

El tradicional festejo de rejones puso punto y final al abono de la feria de mayo cordobesa. Feria de la que habrá que hacer balance de forma tranquila y concienzuda, puesto que aunque sus resultados artísticos han sido escasos, han ocurrido cosas que invitan a la reflexión. La feria de Córdoba languidece cada vez más, cuenta menos en el panorama nacional y, lo que es más preocupante, la propia afición y público local está dando la espalda a la tradicional feria de mayo.

 

Tanto es así que el festejo de ayer, donde acude un público muy distinto al de las demás  tardes, la entrada fue muy pobre. Poco más de un cuarto para presenciar un cartel que reunía a un rejoneador veterano como Fermín Bohórquez, otro en sazón como Hernández hijo y un valor para el mañana, como puede ser, Manuel Moreno. ¿Qué ocurre que ya no va el público ni a la corrida de rejones? Habrá que buscar soluciones porque de no subsanar lo que se puede haber hecho mal, o se está haciendo mal, la feria no va a remontar nunca.

 

El rejoneo de hoy vive un gran momento. Dicen que se torea a caballo mejor que nunca, pero ayer el toreo brilló por su ausencia. Buena monta, buena doma, buenos caballos, buena disposición, buena puesta en escena, pero torear, como que no.

 

¿De qué sirve templar la embestida de un toro galopando de costado a dos pistas si luego se clava a la grupa y de cualquier manera? ¿Es este el rejoneo que dicen es el mejor de todos los tiempos? El toreo es otra cosa. El dominio de un toro, entendiendo sus condiciones, sus terrenos y sus distancias. Si esto todo falta el rejoneo es un espectáculo vistoso y poco más.

 

Lo más ortodoxo de la tarde corrió a cargo de Fermín Bohórquez. El jerezano cuenta con oficio y cuadra de sobra para andar sobrado tarde tras tarde. Lució en banderillas en ambos toros. Mejor la labor a su segundo, al que entendió a la perfección en los terrenos de dentro. Lástima que tras un pinchazo y un rejón diera un sainete con el descabello, lo que le impidió cortar trofeos.

 

Leonardo Hernández es un claro exponente del rejoneo actual. Vibrante, conectando fácil con el tendido a base de gestos y con una monta espectacular. Frente al toro, poco reposo. Sus dos labores fueron de similar corte. A su primero, tras banderillearlo con su personal estilo, le costó matarlo un mundo, puesto que el animal se refugió en los terrenos de dentro y fue complicado hacer la suerte final. En su segundo, en el que  estuvo fácil y haciendo las delicias de un público entregado, brilló en dos banderillas al quiebro. Lástima que descordara a su oponente con el rejón de muerte, lo que le privó de un éxito mayor.

 

Manuel Moreno está muy nuevo. Intenta practicar un rejoneo clásico. En ocasiones lo consigue y en otras no. Sus dos labores fueron similares y estuvieron marcadas por la voluntad de agradar al público. El mal uso del acero le privaron de obtener premio. 

 

PLAZA DE TOROS DE LOS CALIFASGanadería: Seis toros de Manuel Santiago Corvo. Bien presentados, reglamentariamente despuntados para rejones y de buen juego en líneas generales a excepción de los jugados de segundo y cuarto lugar, que se rajaron . REJONEADORES: Fermín Bohórquez.  Ovación y silencio. Leonardo Hernández.  Ovación con saludos y oreja con petición de la segunda. Manuel Moreno. Palmas y silencioINCIDENCIAS: Plaza de toros de Córdoba. Corrida de rejones. Sexto y último festejo de abono con motivo de la Feria de Nuestra Señora de la Salud. Un cuarto de entrada en tarde primaveral.  

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