Toros

"La verdadera antigüedad la tiene Sevilla; lo de Madrid lo tomo como un honor"

  • La vacada del empresario José Moya, con procedencia Jandilla y Fuente Ymbro y que pasta en la Sierra de Huelva, ha lidiado en Las Ventas por primera vez en este San Isidro Apuesta por novedosas técnicas de inseminación

La reciente ganadería El Parralejo, cuyo propietario es el empresario José Moya, y que cuenta como representante a Rafael Molina y de mayoral a Sergio Núñez, ha tomado antigüedad en la Feria de San Isidro.

Una divisa que ha dado ya muchas satisfacciones a los aficionados, con triunfos grandes en novilladas picadas en varias plazas de primera categoría.

En el término municipal de Zufre, en la sierra onubense, pasta la vacada en una finca de 400 hectáreas que cuenta con buena calidad de hierba y que como curiosidad es una parte del enclave donde estuvo la famosa ganadería de Rincón, que contaba en su época con 4000 hectáreas.

Mañana soleada. Se respira paz en la inmensidad del campo. Encontramos tres sementales entre la vacada, que pasta por terreno quebrado, entre encinares y alcornocales: Capcioso, número 88, de pinta negra; Mimoso, un jabonero marcado con el 234 y el 157, de llamativo pelaje: colorao salpicao, de nombre Operario.

En una zona del amplísimo salón, bajo las cabezas disecadas de Vejado y Brevito, novillos lidiados en el mismo festejo en las Fallas de 2012 y a los que se les premió con la vuelta al ruedo, tras sendas faenas de Román y Conchi Ríos, José Moya y Rafael Molina van desgranando desde el nacimiento de esta emergente ganadería hasta las últimas aplicaciones genéticas en la vacada. Una riquísima colección de carteles -varios de ellos del siglo XIX- cuelgan de las paredes de la estancia, junto a fotografías con toreros de varias épocas repartidas por todos los rincones.

El Parralejo toma el nombre de la finca donde pasta el ganado y el hierro, una m con una y abierta encima, representa los apellidos Moya y Yoldi -correspondiente a la esposa del ganadero-. Con este hierro lidió por primera vez una novillada sin picadores en Villaluenga del Rosario, televisada por Canal Sur, en julio de 2010. Moya ha trasladado el espíritu de su empresa, Persán, a la ganadería -de procedencia Jandilla y Fuente Ymbro- y afirma: "Los dos pilares son la tecnología y las personas. Yo ya había hablado con Rafael la posibilidad de la creación de la ganadería. En Pamplona, en unos Sanfermines, cerramos el trato Borja Domecq (Jandilla), Ricardo Gallardo (Fuente Ymbro), Rafael y yo y constituimos la ganadería en cinco o siete minutos. No se discutió el precio de las vacas ni el acuerdo de los sementales. Las vacas las eligieron ellos. Nosotros hemos abordado un nuevo proyecto en la inseminación y hemos formado una alianza con Borja y Ricardo".

El criador de reses bravas desvela que en la ganadería "hay casi 250 vacas madre y nueve sementales, tres de ellos contrastados, como Lector". Curiosamente, con ese nombre amante de las Letras, fue indultado en un tentadero al que asistió un genio de las mismas, el Nobel Mario Vargas Llosa, en octubre de 2010.

Según el ganadero, ha apostado por la procedencia Fuente Ymbro y Jandilla "porque es el toro posmoderno, que permite el toreo moderno y que embiste en cuarenta muletazos con bondad. Es el espectáculo que el público quiere. Otra cosa es lo que quiere ver una minoría". En consonancia, el tipo de toro que busca es el "que sirva para la faena moderna que demanda el público. Que empuje la muleta palante y que tenga obediencia".

Los primeros resultados han sido sumamente positivos: "En novilladas con caballos han sido cinco vueltas al ruedo en una decena de festejos. Un ratio fabuloso. Dos vueltas al ruedo en una misma corrida, también es difícil. El año pasado, en tres plazas de primera, hubo tres vueltas. Hemos lidiado en plazas de primera: Valencia, Pamplona, Bilbao y Madrid. De segunda, en Castellón. Y erales en Sevilla, Alicante y Villaluenga del Rosario".

Con ese balance, ¿por qué no ha dado el salto a corridas de toros, inquirimos al ganadero. "Estas cosas son muy lentas". Rafael Molina, añade: "En 2017 ya tendremos dos corridas de toros para plazas de primera categoría".

José Moya nos habla del encierro que lidió el pasado 11 de mayo en la Feria de San Isidro, con el que tomó antigüedad: "Le sobró calidad y le faltó un poquito de transmisión, de chispa. La novillada tuvo una nota altísima en calidad, humillación, colocación de la cara, recorrido. La verdadera antigüedad la tiene Sevilla, que es la que me da miedo. Lo de Madrid lo tomo como un honor. Pero como aficionado que me he forjado en la Maestranza, Sevilla es como el examen fin de carrera. Es mi gente y es mi público".

En cuanto al proyecto de inseminación en su ganadería, explica: "Ya tenemos un hijo de un toro de Jandilla, 62, Zíngaro, que fue fundamental para la formación de la ganadería de Daniel Ruiz. El año pasado tuvimos la primera experiencia de trasplante de embrión con veterinarios brasileños. Ahora lo estamos realizando con un laboratorio español. Trabajamos con vacas de nota altísima, muy viejas, muy contrastadas, y con semen de sementales también muy contrastados, teniendo en cuenta sus hechuras y caras para plazas de primera. Buscamos la calidad. Esta faceta del ganadero es la más creativa y la que mayor satisfacción da a un aficionado. Lo que estoy disfrutando con la creatividad en este mundo, no lo estoy disfrutando en ningún otro".

El ganadero, con apasionamiento, continúa: "De esta manera, podremos utilizar semen de un toro que dejó de existir hace treinta años. Saldrán sementales más baratos. Así no hay que quemar treinta o cuarenta toros a puerta cerrada cada año, como se han formado algunas ganaderías. Aunque lo que buscamos es el rendimiento cualitativo, más que económico. Jandilla y Fuente Ymbro aportan las vacas y el semen y yo hago el trabajo. Lo que salga, lo repartimos".

Esta apuesta, según el ganadero, "tiene como inconvenientes el coste económico y la falta de experiencia. Pero hay que avanzar y me daré por bien pagado si lo conseguimos. Todos los sectores de la sociedad se están reinventado y la Fiesta no".

En un diálogo fluido en el que se abordan numerosos temas, José Moya continúa y sentencia: "La Fiesta estaba en crisis antes de la crisis económica. Y no hemos hecho absolutamente nada, salvo la aplicación de la informática, que se lo debemos a Juan Pedro Domecq Solís y no tiene precio".

Rafael Molina cierra el diálogo avanzando que El Parralejo, tras haber lidiado este año en Valencia y Madrid, lo hará en "Pamplona, Bilbao y Dax", en una temporada en la que la cabaña de bravo "se encuentra en un momento difícil. Se han reducido de forma drástica las ganaderías por los costes".

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