Verano

Arte al natural

  • La Fundación MNAC continúa creciendo con la construcción de la Stupa de James Turrell

La Fundación NMAC fundada en 2001 por Jimena Blázquez ha recibido en lo que va de año a 57.000 visitantes para contemplar sus obras de arte al aire libre. La combinación de paraje natural con arte contemporáneo es única en España, razón por la que goza de reconocimiento internacional. Situada en la Dehesa de Montenmedio, entre Vejer y Barbate, la exposición organiza actividades educativas para que los más pequeños aprendan a relacionarse con el entorno y aprender sobre el significado del arte contemporáneo.

Entre el mar Atlántico y el Parque de los Alcornocales y el de La Breña se encuentra un bosque mediterráneo en el que los únicos compañeros de viaje son los olores a romero y a lavanda. La naturaleza y el arte cogen de la mano al visitante para guiarlo a través de un sinfín de fantásticos paisajes en los que las obras de Marina Abramovic, Shen Yuan, Pascale Marthine Tayou y Maurizio Cattelan, entre otros, forman parte del entorno.

La andaluza Jimena Blázquez decidió en 2001 fomentar el arte contemporáneo en España y en Andalucía. Su idea era innovadora: Invitó a artistas nacionales e internacionales a que realizaran proyectos planteados para un entorno natural de quinientas hectáreas.

Una de las diferencias que la Fundación NMAC tiene respecto a cualquier otro museo es que estos les compran las obras ya hechas a artistas. En cambio, la Fundación requiere obras que estén adaptadas a su medio. El proceso de adquisición de esculturas puede hacerse de dos formas: una es que el artista idee una obra y proponga a la Fundación exponerla en Montenmedio, y otra es que Blázquez y su comité asesor se interesen por un artista y le inviten a crear un nuevo trabajo en la dehesa.

Además de acoger la exposición, la Fundación también tiene un importante compromiso educativo. Durante todo el verano los más pequeños de la familia han podido disfrutar de un amplio programa de actividades en el que además de aprender sobre arte y naturaleza, han pasado momentos estupendos con unos divertidos talleres.

Entre los visitantes del parque se encuentran numerosos extranjeros que buscan un hueco en su agenda vacacional para disfrutar de un espléndido paraje ambiental en el que cultura y ocio hacen una fantástica mezcla.

La visita comienza con un paseo por el bosque en el que unas flechas verdes van marcando un recorrido en el que se pueden ir descubriendo las maravillas de la naturaleza y a su vez ir viendo, una a una, las esculturas de los artistas contemporáneos más destacados.

Son obras que sin el entorno que las rodea no tendrían ningún sentido. Por eso, cada una, tiene un lugar específico en el parque, una orientación al sol, una altura, una flora y una fauna determinada que crean una comunicación directa entre el arte y la naturaleza.

Jeppe Hein es el primero en hacer acto de presencia en el paseo, con sus Bancos Sociales Modificados. Ésta es una de las obras más curiosas de la Fundación, porque a pesar de estar en un bosque en el que lo normal es encontrar bancos para descansar durante el paseo, estos bancos están puestos de tal forma que sentarse en ellos es tarea imposible.

El siguiente en aparecer es Gullina Bandolin y su Impresión del Cielo, una inspiración en los pantanos españoles cuyo color blanco y fondo aguado hacen que cuando el sol dé directo, prácticamente sea imposible mirar hacia el trabajo de Bandolin. En la Impresión del Cielo de Bandolin se llevan a cabo muchas lecturas y actividades, creando la posibilidad de que el asistente interactúe con la obra y el entorno.

Continuando el paseo se encuentra la primera escultura que recibió el parque, Transplant de Roxy Paine. Se trata de un árbol metálico que si se pasa con poca atención puede pasar desapercibido entre las demás plantas del parque. Este trabajo de Paine tiene un toque muy personal, puesto que las ramas de los árboles fueron soldadas, una a una, por sus propias manos. Tras el éxito de esta escultura Roxy Paine realizó una exactamente igual para el Central Park de Nueva York.

Olafur Eliasson muestra, a continuación, el estado cambiante de la naturaleza dependiendo de la situación del sol. Junto con un matemático, la concebió con la idea de que fuese distinta según el momento del día en la que se mirase.

Después uno de los artistas más relevantes del arte contemporáneo, Sol Lewitt, deja huella en el bosque con Bloque de Cenizas, en la que simples bloques de ladrillo juegan con los árboles del parque.

Tras esto una de las obras más esperadas requiere un alto en el camino sólo para ver su proceso de creación. Se trata de la Stupa de James Turrell, una obra titánica que prevé la finalización de su construcción en la próxima primavera y que será, sin duda, una de las obras más importantes de la Fundación NMAC de Montenmedio. Según las propias palabras de Turrell, el objetivo de este trabajo es el de "dar valor a algo que tenemos ahí fuera -la luz natural- y que apenas apreciamos porque en estas latitudes nunca nos falta". Esta obra supondrá una experiencia sensorial inolvidable para el espectador.

Hasta aquí llega una pequeña parte del espectacular recorrido de la exposición. Las otras 15 obras restantes se van descubriendo a través de los pasos que el visitante da dentro del bosque.

El cinismo de Maurizio Cattelan, la filosofía de Shen Yuan, la ironía de MP & MP Rosado, la reticencia de Sánchez del Castillo y el compromiso social de Gregor Shneider componen una parte de ese camino inolvidable, arte y naturaleza en una conjunción perfecta, y en tierras gaditanas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios