Juan José Ocaña, más conocido como Chico Ocaña por ser el menor de seis hermanos, echa a andar en solitario tras haber estado quince años liderando Mártires del Compás. Su nuevo trabajo será presentado el sábado nueve de agosto en el Baluarte de la Candelaria a las 22.30 horas. Canciones de mesa camilla, que así se titula, trata con ironía los temas más actuales de la sociedad como son "los pisos de treinta metros cuadrados, las hipotecas, y las muertes en la carretera".

Desde hace algo más de un año y medio Chico ya estaba sacando temas y dándole forma a su disco con nuevos músicos "siempre más jóvenes que yo y que le han dado frescura al proyecto, ya que se trataba de cambiar para ir a mejor".

El disco Canciones de mesa camilla está compuesto de doce canciones que abordan las realidades del mundo, "en definitiva, los temas que siempre he hecho desde que empecé a escribir canciones". El propio título del disco juega con un doble sentido porque aunque esas 'canciones de mesa camilla' sean como la mezcla entre lo callejero y lo casero, "se juega con un doble sentido porque no es una mesa camilla familiar sino una camilla de hospital".

Después de haber estado 15 años con Mártires, Ocaña quería darle un nuevo sentido a su música, volver a la transparencia de las cuerdas consiguiendo así "unas canciones más arropadas a nivel de cuerda y a la vez más desnudas".

Ahora ese disco más flamenco y más puro que nunca va a ver la luz y su presentación será en Cádiz el próximo sábado en el Baluarte. "Estoy deseando presentarlo. Este no es un concierto más, es la presentación del nuevo proyecto Canciones de mesa camilla y estoy encantado de que sea en Cádiz, la tierra donde nació mi madre". Para Chico Cádiz, Jerez y los Puertos son el núcleo del flamenco, "aunque esto se ha quedado en el recuerdo". Además destaca la ironía gaditana que sobresale en sus carnavales, y que la manera de contar las cosas es muy rica, "por eso le llamaban la Pepa a la Constitución y supongo que algo de eso se me habrá pegado".

A la hora de escribir sus letras Juan José ve, oye y analiza lo visto y oído construyendo así un puzzle de "sensaciones que se van haciendo frases". De este modo toca con sus palabras y su ironía las más absolutas de las realidades: Con los treinta metros que tiene el piso voy a tener que poner el techo de velcro para que cuando tú vengas no nos moleste ni el perro, ni el gato, ni las macetas de helechos. "Intento hacer un periódico leído con música, me gusta hablar de lo vigente. Los temas musicales siempre tienen que ir salpicados de cosas que estén en el momento".

Esta necesidad de contar las cosas "de la calle" es lo que Chico denominó como Flamenco Billy. El sacar al flamenco de lo rígido, de la textura de siempre, para introducir nuevas formas de componer el cante y de hablar de cosas que "de verdad importan". Flamenco Billy son "secuencias dispares que después se hacen canciones": No me gustan las mentiras ni rebosadas en oro, ni los ríos de una sola orilla, porque los niños son como soles salen y se ponen, se ponen y salen. Las niñas con las hormonas y los niños con la "tostosterona" y en la mano la videoconsola.

Además Juan José, en sus letras, trata a los "marginados" como seres extraordinariamente libres: Cuando de cámaras se llenen las calles, es cuando verás los besos de los amantes. Y además añade que "estamos en una sociedad donde la juventud está anestesiada por el consumo de las maquinitas. Todas las artes nuevas como el ordenador y todo eso son, en definitiva, cosas que aíslan al individuo desde su espacio y le cuesta mucho trabajo hablar con la realidad".

Chico es un hombre comprometido con la realidad y que tiene unos principios afianzados sobre los temas de actualidad como puede ser el polémico canon respecto al que comenta que es "el derecho a comer que tienen esas personas que hacen cosas desde su casa y que no se conocen".

Uno de los libros favoritos del cantante es El Quijote: "A mi me lo leían cuando yo era un chavalito y me gustó la forma surrealista de ver la vida. El que se imagina cosas que no están como esa luna en el agua, pero que están y se camuflan". Cree que esta forma de entender la vida está muy ligada "con esa tierra franca llamada Andalucía en la que vemos cosas que no son, para darle verdad a lo que no queremos ver".