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Análisis 'DmC: Definitive Edition'

  • El célebre título desembarca en las consolas de nueva generación de Sony y Microsoft con aspecto remozado y la diversión y el frenesí acostumbrado.

La comercialización de recopilatorios y remasterizaciones, tan de moda en la actual generación de videoconsolas, tiene una parte muy positiva: la posibilidad de ofrecer a los jugadores de estas nuevas plataformas las más granadas y aplaudidas entregas de sus series y videojuegos predilectos, así como la oportunidad de vivir completas experiencias para los jugadores de nuevo cuño.

 

DmC: Devil May Cry, el desafío que Ninja Theory asumió con el desarrollo de la entrega llamada a refrescar el universo de Dante y Virgil, se levantó en su día contra los pronósticos de los seguidores más pesimistas de la serie, ya que la entrega no sólo hizo justicia a la franquicia, incluso mejoró algunos de sus aspectos, facturando en definitiva un título increíblemente accesible, frenético y divertido. Con estos antecedentes se presenta el vigoroso DmC: Definitive Edition, que llega a PlayStation 4 y Xbox One renovado y mejorado con gráficos de alta resolución y una fluida velocidad de 60fps a 1080p, además de añadir los paquetes de contenido extra que han sido comercializados y algunas novedades importantes. 

La experiencia definitiva de DmC

Cuando en 2013 Ninja Theory presentó el nuevo concepto de Dante, se levantó cierto revuelo en relación a su apariencia, que dejaba atrás la imagen del clásico personaje por un perfil estético más actual. Con el paso del tiempo no se puede negar que la nueva interpretación se adapta mejor a los días que vivimos, ya sea por su aspecto más agresivo, con una huella casi punk, o por su propia personalidad. Aunque el viejo Dante es reconocible, nunca desapareció por completo y mucho del humor característico del personaje está ahí, aunque ahora se muestra más ácido. La trama y la composición del universo también fueron rediseñados. Dante es un Nephilim, hijo de un demonio y un ángel. La relación con su hermano Vergil es completamente diferente a lo que vimos en la serie original, y ahora trabajan juntos contra los planes de dominación de Mundus, un poderoso demonio que está decidido a terminar con el mundo tal y como lo conocemos. En definitiva y sin ahondar demasiado en el argumento, la obra nos invita a conocer una historia más grande e interesante que lo visto en juegos anteriores, con una solución tan sorprendente como emocionante. Un final que en este caso tiene su continuación en el contenido La caída de Vergil, llamada a ampliar los eventos y la duración total del conjunto.

Después de presentar la remodelada historia de Dante, Ninja Theory nos dio la oportunidad de tomar el control de su hermano gemelo en La caída de Vergil, extensión donde continuamos el camino emprendido por el hijo de Sparda en busca de un poder que le permita superar sus limitaciones. Durante la aventura, que nos lleva a las profundidades del infierno, el personaje trata de entender los acontecimientos de la entrega principal. Una interesante extensión de la trama, que entre sus alicientes, contempla una nueva forma de jugar. Aunque la forma de controlar a Vergil, en principio, es idéntica a la de Dante, en pocos minutos se puede percibir que existen diferencias entre los dos personajes. El gemelo que da nombre al contenido dispone de una serie de movimientos más lentos que su hermano gemelo y no dispone de armas de fuego, lo que se traduce en una manera diferente de tratar con el combate. Vergil necesita más tiempo para realizar combinaciones y se hace necesario calcular el momento preciso para atacar a cada uno de los enemigos del escenario. Además, el personaje no tiene la misma facilidad para realizar ataques aéreos, lo que permite batallas con una orientación más horizontal con respecto a Dante. El resultado es tan agradable como en la aventura principal y ayuda a comprender mejor las motivaciones del personaje, mostrando a Dante desde un punto de vista un tanto inusual para aclarar las experiencias que ayudaron a dar forma a la visión disidente del mundo de los gemelos. 

Más modos, más niveles, más dificultad

Entre las características que estrena la revisión también se puede encontrar un nuevo modo, Palacio Sangriento, centrado en la figura de Vergil con 60 niveles. Palacio sangriento es una modalidad que nos propone, una vez finalizado el juego principal, combatir oleadas de demonios y jefes de la campaña con el fin de ir ascendiendo piso por piso hasta llegar a la última habitación del palacio. Se podrá acceder al modo con el contenido descargado siempre que tengamos una campaña finalizada en cualquier dificultad. Además se ofrece la posibilidad de luchar en las clasificaciones mundiales del modo de juego.

DmC: Definitive Edition también incluye un modo Turbo con el juego un 20% más rápido; un modo Hardcore, diseñado para jugar de forma más parecida a la serie clásica; fijación manual del objetivo similar al clásico Devil May Cry; controles configurables; el modo de dificultad Los dioses deben morir, el modo Must Style, donde es necesario mantener el rango S para terminar con las oleadas de enemigos; Infierno e infierno; Hijo de Sparda; Dante debe morir y Cielo o infierno. Por otro lado, tanto el estilo como los jefes han sido reajustados. Los errores del combate han sido arreglados y algunos de los movimientos de Dante reequilibrados.

Uno de los principales retos de un juego de acción es crear un sistema en el cual el combate sea variado, y no sólo una aglomeración de enemigos que se despachan mediante una orgía machaca-botones a lo largo de la aventura. Y, en este sentido, la edición para consolas de nueva generación ha refinado el proceso de las mecánicas y se ha logrado combinar con elegancia el uso de múltiples armas con un proceso que anima a los jugadores a experimentar con diferentes combinaciones de golpes en cada pelea. Algo que el jugador puede afrontar con los diferentes aspectos incluidos en el volumen para el personaje, como Devil May Cry 1 Dante, Classic Vergil, Dante Oscuro y Neo Dante

Arte entre el limbo y el infierno

Además de gráficos de alta resolución DmC: Definitive Edition añade una escena cinemática que nunca se incluyó en la original representación que ofrece el mundo demoníaco del juego, ahora, todo espectáculo para los sentidos. Los resultados que ofrece la vertiente gráfica son sobresalientes y se mantienen entre los estándares de la nueva generación de máquinas. La dirección artística de Ninja Theory eleva el nivel de calidad de manera exponencial en PlayStation 4 y Xbox One. A medida que el juego se desarrolla en dos mundos alternativos, lo real y lo demoniaco deja patente la fluidez del conjunto que va aumentando su impactante estilo visual para caracterizar la realidad y dar vida al Limbo. Y más que transformar el plano astral, la paleta de vivos y vibrantes colores ofrece un retrato de tonos cálidos impensable para algo relacionado con el infierno. El diseño de la ciudad en sí es impresionante. La idea era crear un lugar vivo que funcionara muy bien gracias a los constantes cambios de plano, aportando un rango de dinamismo mayor a la propia acción. Claro, para que el juego acumulase el aspecto y el ritmo deseado, Ninja Theory tuvo que reducir el flujo de imágenes y llevar el juego original a una velocidad de 30 fotogramas por segundo que se sustituye por unos fluidos 60fps a 1080p en DmC: Definitive Edition.

Para completar el paquete destinado a las nuevas consolas de Sony y Microsoft, contamos con un remasterizado apartado acústico tan interesante y bien trabajado como intenso, con voces perfectamente reconocibles en castellano y una potente banda sonora que incluye sonidos de grupos como Combichrist y Noisia. 

Conclusiones

En realidad únicamente hay que atender a razones objetivas para recomendar DmC: Definitive Edition. Sólo sobre el papel, la revisión de la entrega que supuso un punto y aparte en la serie ofrece gráficos de alta resolución en texturas, personajes y cinemáticas a 60fps y resolución a 1080p, un modo Turbo, fijación manual del objetivo, controles configurables, el nuevo Palacio sangriento con 60 niveles, nuevos y exigentes modos de juego, así como modificaciones en el equilibrio de la entrega y una escena cinemática que nunca se incluyó en el original. Pero lo más importante, sin duda, está en la completa experiencia que ofrece la edición. Las novedades y mejoras han resultado más que acertadas y la serie acogerá muchos nuevos seguidores con la entrega para PlayStation 4 y Xbox One. Si eres un incondicional de la franquicia es imposible resistirse al volumen. Y si eres nuevo, entre el infierno y el limbo tienes tu casa. Ponte cómodo y disfrútalo.

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