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Lo que el viento consiguió

  • La IDRS bate cuatro récords Guinness al congregar en la explanada del Palacio de Congresos a la orquesta más grande del mundo de viento-madera

Granada, una ciudad cuya imagen está estrechamente relacionada con la música, fue testigo anoche de una iniciativa excepcional que pretende hacer historia: la celebración de un concierto a cargo del ensemble de viento-madera más grande del mundo. Esta orquesta de vientos ha sido organizada por la Sociedad Internacional de Instrumentos de Lengüeta Doble (IDRS), que durante toda la semana celebra su congreso en nuestra ciudad. Los anfitriones en nuestra ciudad, los músicos de la OCG José Antonio Masmano y Joaquín Osca, destacaron para este medio la entrega, ilusión y compromiso artístico de todos los participantes, así como el agradecimiento al Ayuntamiento de Granada y demás entidades colaboradoras en la organización de este evento.

Más de quinientos músicos se dieron anoche cita en la explanada del Palacio de Congresos para la celebración de tan singular concierto. Se batieron cuatro récords Guinness: el conjunto más grande de oboes, el conjunto más grande de fagotes, el conjunto más grande de cornos ingleses y el ensemble de viento-madera más grande del mundo. Para poder batir cada uno de estos récords se procedió a certificar minuciosamente la asistencia y participación de todos los componentes de la orquesta allí congregada, y se remitió dicha certificación al Guinness World Records para que confirmara la obtención de los mismos.

El proceso de certificación ha contado con dos personalidades de la cultura en nuestra ciudad, que han actuado como jueces-comisarios: Guillermo Quero Resina, delegado de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía en Granada; y don Eduardo Castillo Jiménez, concejal de Participación ciudadana, Juventud y Deporte del Ayuntamiento de Granada. Además, dieciocho supervisores, coordinados por la incansable María José Gómez y procedentes de los principales sectores profesionales de la ciudad, colaboraron en la obtención de dichos récords realizando labores de asistencia y acompañando cada uno a un sector ya cuantificado de músicos.

Para la disposición de todos los participantes se establecieron varias medidas de control: cada uno contaba con una identificación propia; existía un sólo acceso a la zona de la competición en el que los jueces-comisarios realizaban uno a uno el recuento; además, cada supervisor acompañaba a un grupo de músicos previamente cuantificados, dando fe de ello, y los situaba en el sector del escenario que le correspondía, perfectamente delimitado. Todo el proceso, además de certificarse con las firmas de los comisarios, se acompañó de fotos y vídeos que servirán como testimonio ante los responsables de los récords Guinness.

La ciudadanía ha sido testigo de todo este proceso, en lo que ya se considera un hito de la música y la cultura en nuestra ciudad. El numeroso público asistente, que se contaba por cientos de personas y creció considerablemente conforme avanzaba la velada, animó en todo momento el proceso, alegrándose por la posibilidad de que Granada entre en los Guinness por partida cuádruple. Aunque todavía es pronto para asegurar la decisión de tan renombrada organización, casi podemos asegurar que al menos uno de los cuatro récords está ya conseguido, pues el mayor ensemble de viento-madera que hasta la fecha se ha certificado no superó los 250 componentes, cifra de sobra duplicada en esta ocasión en nuestra ciudad.

Para culminar lo que pronto se convirtió en una fiesta de la música en toda regla, los más de seiscientos participantes ofrecieron un concierto que, bajo la dirección de José Antonio Masmano, incluyó entre sus obras la Música para los reales fuegos artificiales de Haendel, Suspiros de España de Antonio Álvarez Alonso, Un beso y una flor de Nino Bravo, Chimo (marcha mora) de José María Ferrero, La boda de Luis Alonso de Gerónimo Giménez y el estreno absoluto de Capriccio noir, obra compuesta para la ocasión por Daniel Baldwin. Todos los arreglos de las partituras para orquesta de viento-madera han sido realizados por socios de la IDRS. Como broche de la velada, en un emotivo gesto de la formación, se interpretó Granada de Agustín Lara, recibiendo una prolongada y atronadora ovación de la multitud allí congregada.

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