"Los protagonistas del patrimonio inmaterial son las personas y colectivos que no entienden sin su oficio, su fiesta o sus expresiones". Así se define a la exposición Diversidad, Creatividad y Resistencia. Patrimonio Inmaterial de Andalucía en el panel de bienvenida, justo a a la entrada de las salas I y II del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla.

La muestra, gratuita y disponible hasta el próximo mayo, hace un recorrido visual por las tradiciones y costumbres que se desarrollan en Andalucía al cabo del año. Mosqueteros, ceramistas, jamugueras o troveros se mezclan con imágenes de las más populares citas andaluzas como puede ser la Semana Santa o el Carnaval. 60 paneles con fotografías de carácter etnográfico procedentes del Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía que abarcan cuatro grandes ámbitos temáticos: oficios y saberes, rituales festivos, alimentación y sistemas culinarios y modos de expresión.

La joya de la exposición es una enorme vitrina que ocupa, al final de la sala, el centro. Está dedicada a la Cruz de Mayo de Lebrija y ha sido coordinada por Juan Jiménez y Valle Sánchez, que con ayuda de los vecinos de la localidad sevillana han vestido la cruz y donado sus mejores y más brillantes enseres. Su colorido y representatividad captó las miradas de los primeros visitantes durante la inauguración en el pabellón mudejar ubicado en la Plaza de América del Parque de María Luisa.

La apertura de la exhibición impulsada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico contó con la presencia de Miguel Ángel Vázquez, consejero de Cultura de la Junta de Andalucía. Vázquez, que también destacó el "extraordinario patrimonio material" de la región, afirmó que "esta exposición demuestra lo rica y diversa que es Andalucía". También hizo hincapié en la "obligación de preservar" que tiene el gobierno andaluz con respecto al patrimonio inmaterial expuesto y a "mantener señas de identidad propias". Por último, instó a los andaluces a "hacer resistencia a elementos externos de otras culturas", tratando así de frenar la imparable globalización cultural que afecta a la mayoría de países.

El final de la visita, además de indicar detalladamente quienes han hecho posible su creación, es una invitación al visitante. Un gran mapa de Andalucía dividido en comarcas se sitúa junto a mesa. En la mesa, papel adhesivo y bolígrafo. El reto es aportar a la exposición algún patrimonio inmaterial aún oculto y pegarlo en el mapa. Quizá esa información sirva para que la exposición, que pretende ser itinerante y recorrer Andalucía, la añada y la haga más completa, aparte de ilustrar el Atlas del Patrimonio Inmaterial de Andalucía que comenzó en 2008.