Tercer día de la pasarela SIMOF 2016

Sin miedo al volumen

Sin miedo al volumen

Sin miedo al volumen

La mañana del tercer día del Salón Internacional de la Moda Flamenca (Simof) comenzó con una mirada a África a través de la pasarela benéfica Teranga, cuya madrina fue la bailaora Eva Yerbabuena. Teranga Projects es una asociación sin ánimo de lucro impulsada por las madrileñas Azuzena Mongil y Beatriz Casero y la sevillana Cristina Ramos, con el fin de contribuir a que las comunidades indígenas africanas puedan convertir su trabajo en una fuente de riqueza local. Teranga trajo un espectáculo lleno de matices y sorpresas tanto por los tejidos de los vestidos, como por el acompañamiento del artista Sidy Samb y la modelo internacional senegalesa Colé Fayé.

Esencia, de Verónica de la Vega, le dio a cada estilismo un toque personal atrevido, elegante, femenino y vanguardista. Mimando las curvas y alimentando la feminidad de la mujer, hace un recorrido por las décadas pasadas en la moda flamenca. Los complementos también eran de su firma Lobaroque.

La tercera aparición de la mañana la protagonizó Isabel de Vargas, que con su colección Sueños puso en valor la elegancia del traje de flamenca. Predominaron los tejidos que resbalaban y dibujaban la silueta de la mujer como los satenes y las sedas, siendo el negro el tono dominante. Hay que destacar la belleza de uno de sus trajes en color mostaza.

La pasarela se tiñó de rosa, como no podía ser de otra forma, con el desfile de Andrew Pocrid y La vie en rose. Las flamencas de este cordobés pierden el miedo al volumen y sus faldas rebosan alegría y protagonismo. Una estética ultrafemenina y sensual en una amplia gama de tonos rosas. Cabe destacar los tejidos enriquecidos con bordados e incrustaciones de cristales de Swarovski y estampados de estética kitsch. Los pendientes XXL no faltaron en este desfile.

¡Flores! por doquier es lo que trajo la gaditana Miriam Galvín a Simof en el último desfile de la mañana. Los motivos florales le ganaban al resto de estampados sobre un patronaje clásico, con prominentes escotes y gran volumen en las faldas. Trajes muy llamativos que buscaban el equilibrio con complementos sencillos.

La primera pasarela de la tarde vino de la mano de Sara de Benítez, desde Córdoba. El arte de vivir viste a mujeres arriesgadas y decididas que se enfrentan a la vida. La diseñadora busca siempre la máxima calidad, por lo que utiliza guipur en distintas versiones (metalizado, multicolor, estampado…) y perforados traídos de La India. Vemos tonos buganvillas y verdes que tan aplaudidos están siendo en las últimas temporadas y sucede lo mismo con el protagonismo de los volantes.

Seguidamente, la sevillana Carmen Latorre nos llevó a Callejones de la Maestranza con su colección de inspiración taurina. Esta diseñadora va más allá de la fiesta nacional y toma como inspiración a diseñadores internacionales. Su colección se rinde ante líneas sinuosas, escotes redondeados, figuras muy marcadas pero que a la vez acentúan las caderas abriéndose como abanicos. Los talles se suben para ceder espacio a esos grandes volúmenes con los que la diseñadora hace un guiño a las plazas de toros. Rojos, rosas, naranjas y azules intensos visten a sus flamencas.

Margarita Freire, homenajeada este año por Marqués de Cáceres en su botella especial, trajo Flamenkura, colección que subyace de una etapa de reflexión. Trajes más livianos, dentro del estilo personal de la firma, y con cortes muy flamencos. Desfiló trajes canasteros y talles más cortos, dejándole el protagonismo absoluto en el estampado al lunar. Sobre los vestidos mantoncillos de enrejado, ponchos y flecos de escote. Sueños, de la esperada Loli Vera, llegó más allá de las siete de la tarde. La diseñadora trajo los elementos necesarios para alcanzar los sueños: fuerza, paciencia y éxito. Gran combinación de colores y estampados, asimentría en los patronajes y mangas con volantes abullonados, recordando a épocas anteriores. Todo a través de popelines y tejidos que sugieren transparencias.

Sonia&Isabelle, con Flamenca pura, apuestan por trajes bordados con mucho vuelo. Lo patrones se entregan a formas de nejas que favorecen el volumen de los vestidos, tendencia que reina esta temporada. Por otro lado, las diseñadoras aportan grandes dosis de feminidad a sus vestidos a través de transparencias y bordados flamencos. La noche de moda flamenca la cerró Pilar Rubio presentando Desde mis entrañas, inspirada en el flamenco de antaño, el mundo taurino y la fuerza de la sangre española. Una colección de cuerpos muy entallados y volúmenes en los bajos. La paleta cromática se pasea por los rojo, nude y maquillaje, un abanico de colores que ensalza el concepto racial de cada propuesta.

Laura Liñán

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