Apenas seis horas duraron las entradas para el Xerez-Huesca. En concreto, seis horas y veinte minutos tardó la afición xerecista en agotar el papel en las taquillas.

A las siete de la mañana ya había aficionados haciendo cola en Chapín, y poco antes de que se abriesen las taquillas, a las seis de la tarde, la cola de Tribuna llegaba hasta el Anexo y la de Preferencia hasta las taquillas de Tribuna. En apenas una hora se agotaron las localidades de Fondo Norte, mientras que antes de las diez de la noche se habían vendido todas las entradas de la zona alta del estadio salvo Tribuna.

Fue tal la aglomeración de aficionados que el Xerez decidió no cerrar las taquillas a la hora habitual -las nueve de la noche- y continuar con la venta de entradas. Y es que la respuesta de la afición desbordó todas las previsiones y los miles de xerecistas congregados en torno al estadio hicieron que efectivos de la Policía Nacional y la Local se personasen para evitar problemas. Agentes de la Unidad de Prevención y Reacción de la Policía Nacional vigilaron que no se descontrolase el reguero de aficionados, aunque pasadas las nueve y media de la noche en las inmediaciones de la taquilla de Preferencia la cola se desordenó y los aficionados se agolparon sin orden ni concierto.

Hubo aficionados que se quejaron de que se vendieron paquetes de treinta o cuarenta entradas a un mismo aficionado, y otros aseguraron que policías identificaron a uno con varias decenas de localidades. En efecto, se vio a agentes pidiendo la identificación a alguno con numerosas entradas recién compradas, además de identificar a varios que intentaron colarse en la cola y que fueron rápidamente denunciados por el resto de la cola.

A las siete y media de la tarde, mientras un aficionado que llevaba desde las diez de la mañana haciendo cola sacaba sus entradas, en las taquillas se colocaba un cartel anunciando que se vendían un máximo de diez entradas sin carné de socio.

También funcionó la reventa y a las nueve de la noche entradas de Fondo Sur de 16 euros las ofrecían de 'oferta' a 25 euros.

A las once de la noche apenas quedaban por vender dos mil localidades, todas de zona baja salvo Tribuna, y en las colas los aficionados seguían inasequibles al desaliento esperando su turno, aunque los últimos de la fila poco a poco fueron desistiendo al ver que no tendrían suerte. Y a las 00:20 horas se colgó el cartel de no hay billetes.