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Barragán, del verde al banquillo

  • El capitán del XCD se marcha "orgulloso de haber llevado este brazalete y agradecido por esta oportunidad".

Barragán comenzó a hablar sonriente pero terminó emocionado recordando a su familia.

Barragán comenzó a hablar sonriente pero terminó emocionado recordando a su familia. / José Contreras

Se despide el carácter del Xerez Deportivo durante las últimas tres temporadas, las más complicas de la historia de una entidad que se resiste a echar el telón y en la que cada campaña, cada partido y hasta cada segundo se puede decir que es una lucha constante por la supervivencia. José María Barragán, a sus 35 años, sin hacer ruido dice adiós y se desprende del brazalete de capitán, un brazalete que ha lucido “con orgullo” por los campos de Primera Andaluza y División de Honor porque “mis compañeros así lo quisieron en mi primera campaña en el club”.

Deja el fútbol activo pero seguirá luciendo galones, ahora como segundo entrenador de Vicente Vargas. Su brazalete es su mayor tesoro y casi se lo tendrán que sacar de su brazo con láser, aunque para no olvidar nunca la fecha del 28/5/17, el día que su equipo ascendió a Tercera División en Lora, ya se la ha tatuado junto a un balón en su pierna derecha.

El central, inteligente dentro y fuera del campo, siempre ha sabido asumir sus limitaciones pero su pundonor y entrega le permitieron ganarse la confianza primero de sus compañeros y luego de sus entrenadores. Ni su edad ni sus diferencias al principio del curso con Vicente Vargas le hicieron perder la confianza y recuperó la titularidad que cedió al inicio de Liga. Sólo una grave lesión -una rotura muscular de más de cuatro centímetros- estuvo a punto de hacerle tirar la toalla pero Barragán nunca se rinde. Se levantó y llegó a tiempo para aportar su granito de arena al equipo en los encuentros más importantes de la temporada, esos partidos en los que el ascenso estaba cerca pero a la vez muy lejos. Ahora, aunque se siente con ganas y fuerzas para seguir, asume que debe irse para que otros jueguen, da un paso al lado para ayudar al Xerez CD desde el banquillo.

El azulino, que se mostró aparentemente tranquilo y con las ideas claras, destacó: “Creo que aún no soy consciente del paso que he dado, Vicente me ha engañado bien pero como no he jugado en equipos grandes ni he conseguido cosas importantes, quiero que todo sea normal. No me voy a despedir de nadie porque no me marcho, es un cambio de guardia. Me considero un trabajador del club, un currante y he pensado poco en mí. He pensado que dónde más puedo ayudar al equipo es en esta faceta ahora mismo. Todos me conocéis, el cuerpo me pide seguir jugando, soy así de competitivo, pero creo que puedo ayudar más en la otra faceta, junto a Vicente, más pegado a los míos desde otro ángulo. Insisto, he sido poco egoísta, creo que eso lo dice todo, he pensado que al club le hago más falta aquí y todo ha sido rápido. El míster me dejó las puertas abiertas como jugador, me dijo que en un lado o en otro iba a seguir contando conmigo, pero he optado por dejarlo. Es el momento de dar un paso al lado, pasar al banquillo e intentar aprender para seguir en el fútbol, lo que más me gusta”.

Luego, añadió: “Durante toda la vida lo que he hecho es amar a este deporte, es mi ilusión. Sabía que si me daban la oportunidad de estar entre los 22 jugadores la podía aprovechar y que tenía opciones de jugar pero es mi decisión. No me voy ni por mi edad ni por mi estado físico ni por mis condiciones, me he encontrado bien pese a mis 35 años y a los problemas musculares. Me voy porque ya he comentado que hay que dar un paso lado, se están haciendo cosas importantes en el club para formar un equipo competitivo. Lo debatimos los dos, le hago falta a Vicente, al club y aquí estoy. Es el momento”.

Ser capitán del XCD en estas categorías para él ha sido “un orgullo, ya lo dije el día de ascenso. Mis compañeros me eligieron como capitán el año de Jesús y me sentí feliz, aunque ha sido muy difícil. Hemos tenido que trabajar mucho mucha gente para frenar al vestuario, para callar bocas por todo lo que se decía. Estoy muy agradecido a mis compañeros por haberme dado el placer y el orgullo de haber lucido este brazalete. Nunca imaginé que lo lograría”.

Sobre su cambio de funciones, no duda: “Estoy preparado, entre todos tendremos que templar los nervios. Soy muy impulsivo pero ahora mismo tengo que tomarme las cosas desde otra perspectiva, tengo que estar mucho más tranquilo, aunque seguro que pegaré más de un grito y más de un salto. Nos toca trabajar despacito y sin levantar la voz, entre todos hay que seguir mejorando”.

Al final, el capitán no pudo reprimir las lágrimas al recordar los mejores y los peores momentos que ha vivido: “A nivel personal, me quedo con el ratito que jugué ante el Pinzón, estuve muchos meses sin jugar y esos diez minutos me supieron a gloria porque pensaba que no iba a jugar más, que todo se había terminado. A nivel colectivo, me quedo con el día de Lora, el del ascenso. Ver la alegría de mis compañeros, de mis padres, de toda mi familia y de la afición que tan mal lo estaba pasando no tiene precio, con eso me quedo. Fue impresionante, no sé cómo definirlo”.

Vargas fue el encargado de dar oficialidad a su cambio de rol y tuvo palabras de agradecimiento para el capitán: “Para mí es una de las presentaciones del equipo más importantes que voy a hacer. Vendrán buenos jugadores y me tocará estar junto a ellos, pero hay que tener buenos cimientos y con José Mari en el banquillo los vamos a tener. El año pasado ya intenté que estuviera a mi lado pero no pudo ser porque él pensaba que tenía un año más de fútbol. No aceptó y ha tenido un año fenomenal, ha estado a una altura grandísima, tuvo una grave lesión, confío en su recuperación, lo logró y en la fase final de la competición se convirtió en uno de los pilares del ascenso. Después del ascenso, toca planificar y le he ofrecido que esté a mi lado y se lo he ofrecido porque tiene muchísimas cualidades para llegar a ser un buen entrenador. Al margen de lo que ha aportado, le encanta el fútbol, lo estudia todo, le encanta estar informado sobre los contrarios y tiene conocimientos. Además, tiene carácter, como ha quedado demostrado en estas dos temporadas en las que hemos trabajado juntos y en las que nos hemos enfadado más de una vez. Yo quiero a gente a mi lado así, tiene carácter pero es fiel y quiero aquí a gente que defienda a este escudo y a todo lo que tenemos ahí dentro y él lo va a hacer. Va a ser uno de nuestros pilares importantes. Estoy muy contento de tenerle a mi lado, va a ser bueno para el equipo y para mí”.

El técnico xerecista también resaltó que “José Mari ha estado a la altura de los grandes capitanes de este equipo , aunque el resto de capitanes estuviesen en Primera en Segunda. Somos mucho más humildes pero merece lo mejor, es una gran persona porque lo se lo merece de verdad”.

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