Borrón y cuenta nueva. Tras el revés sufrido el pasado sábado en Chapín en el derbi frente al Córdoba, el Xerez intentará esta tarde pescar en aguas turbulentas el botín de los tres puntos frente al Girona. Y es que un triunfo en Montilivi supondría para los azulinos mucho más que una victoria, supondría seguir escalando en la tabla y dejar prácticamente hundido a un equipo que es penúltimo y al que apenas le quedan opciones de salvación con la lógica en la mano, que no todavía con las matemáticas.

Fuera de casa, los xerecistas han mejorado en el último mes y esta tarde tienen la oportunidad de volver a demostrar que lo sucedido ante el cuadro de Jémez fue un tropiezo inmerecido ante un rival al que le sale todo y que está cuajando una excelente temporada.

Ante los blanquiverdes, casi cualquier excusa para justificar la derrota vale pero resultará mucho más complicado encontrar explicación lógica a un revés frente a los de Uribe, que además llegan muy tocados a este compromiso, ya que la pasada jornada terminaron perdiendo 3-2 ante Las Palmas en el descuento después de haber ido por delante en el marcador durante casi todo el choque.

Un triunfo sería balsámico, un nuevo alivio y acercaría más a los de Vicente Moreno a esa zona de la tabla con la que el valenciano sueña y de la que aún, bajo su punto de vista, el equipo está un pelín alejado. El calendario se presenta sólo en teoría asequible y su intención es la de alcanzar cuanto antes los cincuenta puntos. Una derrota, la segunda consecutiva, volvería a generar nervios en la propia plantilla y en un entorno algo tenso, que no termina de ver clara la reacción definitiva del Deportivo. El equipo necesita paz, tranquilidad, paciencia para reorganizarse y poner un buen broche a una campaña que se planteó para superar el reto del pasado ejercicio y que se ha ido complicando desde que Merino no dio con la tecla y fue destituido.

Para este compromiso, Vicente Moreno no lo tiene fácil, ya que ha perdido a tres pilares importantes en su sistema, Lombán, Raúl Cámara y Cordero. El lateral derecho se sometió en el entrenamiento de ayer a una última prueba pero no superó sus problemas musculares y los técnicos optaron por dejarle fuera de una lista a la que vuelve el canterano Javi Iglesias para cubrir su baja. Esta ausencia le abre las puertas de la titularidad a Campano, que ya frente al Córdoba salió a la media hora cuando el ex del Recre tuvo que abandonar el campo.

El puesto que deja el asturiano en el eje de la zaga, salvo sorpresa, lo ocupará Gerard, defensa del que siempre ha tirado Moreno cuando ha necesitado un recambio. De todos modos, tampoco hay que descartar la presencia en el once de Juan Calahorro, en lo que supondría su estreno como xerecista.

En el centro del campo, el valenciano tiene más combinaciones para suplir al lesionado Cordero. Bruno, Barber e incluso Capi podrían formar pareja junto a Rafa García, que es fijo en el doble pivote. De todas las opciones, la que parece tener más fuerza es la de Barber. El valenciano, desde que superó su lesión, ha ido entrando en los planes de Moreno de forma habitual y ha cumplido con creces, como le sucedió hace varias jornadas en el Nou Estadi frente al Nástic.

Por lo demás, el resto del once no sufrirá demasiadas variantes. Si finalmente fuese Capi el encargado de jugar en la medular junto a Rafa García, la banda izquierda sería para uno de los dos futbolistas que son novedades en la lista, José Vega y Maldonado.

Mientras, el Girona afronta el choque más motivado, después del cónclave del jueves en el vestuario, en el que estuvieron el representante de la propiedad, Josep Delgado y el director deportivo Mario Barrera.

Para el encuentro ante el Deportivo, Josu Uribe no ha incluido en la lista de convocados a Joseba Garmendia, titular los últimos tres partidos, ni a Benja Martínez. En su lugar han entrado Matías Ballini y el exjugador del Xerez hasta el pasado mercado de invierno Oscar Díaz.

El Girona suma 20 puntos, aunque su técnico no quiere hacer cuentas más allá del partido de mañana. "No me preocupa pensar en si debemos ganar todos los partidos de casa o en lo que pasará en la siguiente jornada, sólo pienso en el Xerez", dijo.

Un rival, al que el entrenador de los gerundenses define como "un equipo con muy buenos futbolistas, aunque a veces se suele mostrar como un poco irregular". Extendido en esta apreciación, destacó a "jugadores cómo Capi, José Mari e Íñigo, hombres muy buenos para esta categoría".

Uribe también asegura que será "un rival complicado" que no dará facilidades porque cuenta con gente experta.

A pesar de las críticas que tuvo al final del partido de la semana pasada y tras caer en Las Palmas por 3-2 en el tiempo de descuento, Uribe no prevé realizar cambios en defensa, con lo que la vuelta de Acciari y quizás la de Oscar Díaz en la medular podrían ser las únicas novedades en el once inicial. De todos modos, es complicado que finalmente apueste por el madrileño en lugar de Jandro.