Capi se ganó el cariño de la afición la pasada temporada tanto por su rendimiento dentro del campo como por su profesionalidad fuera de él. Con la llegada de Juan Merino, advirtió que el nuevo Xerez tendría mucho carácter y que daría alegrías a la afición. Ahora, cuando los resultados en la pretemporada no son positivos y comienzan las dudas, él se muestra más seguro y optimista que nunca y pide tranquilidad a todos los niveles.

Lo está pasando mal por culpa de la sobrecarga en el cuádriceps que se produjo en Estepona y está “loco por volver a jugar. Estoy trabajando con el grupo y me encuentro perfectamente, la zona está limpia, pero tanto el míster como el médico han preferido darme descanso en los partidos para evitar la rotura”.

Es sincero y no se guarda nunca nada, por eso no duda al afirmar que “me encanta la plantilla que tenemos porque, aunque se han tenido que marchar algunos jugadores muy importantes por distintas circunstancias, se ha mantenido el bloque, algo fundamental para la dinámica del grupo, y los futbolistas que han llegado son jóvenes, con ganas de triunfar. Estoy contento, creo que podemos hacer cosas importantes y la primera debe ser ganar al Sabadell en el primer partido de Liga”.

No le preocupan los resultados y pide “tranquilidad. Las pretemporadas son engañosas. Los partidos amistosos están para rodarnos, para conjuntarnos, para ir asimilando los conceptos del entrenador y para ganar confianza e ilusionar a la afición. Lo que nos está sucediendo a nosotros no es que sea bueno pero es mejor que pase ahora y no en la Liga. De los errores se aprende mucho, nosotros los hemos cometido y nos quedan aspectos que el míster ya está intentando corregir.  Como he comentado antes, lo más importante llegará cuando nos tengamos que medir al Sabadell”.

Capi fue compañero de Merino en el Betis y más tarde le tuvo como segundo entrenador, por eso es uno de los xerecistas que mejor le conoce. Ahora que lleva trabajando a sus órdenes casi un mes, afirma: “Me lo esperaba así, sabía que iba a ser un entrenador tremendamente exigente y perfeccionista. Sabe lo que quiere y es muy claro y recto con todo el mundo. Cuando era segundo entrenador en el Betis ya se le notaba que acabaría en un  banquillo como máximo responsable. Sabía la pretemporada que nos esperaba. Estamos acumulando mucho trabajo y pienso que de la forma más adecuada. Estamos llenando el tanque de gasolina para tener reserva de cara a toda la temporada. Está claro que nos falta chispa pero lo grave sería tener ahora más de lo normal”.

No escatima ninguna pregunta y hasta se atreve a hablar de refuerzos. “Los técnicos son los que tienen que decidir, ellos no ven entrenar y nos valoran. Hay dos jugadores por puesto y es lo ideal. A mí, me gustan las plantillas cortas y si faltan jugadores, ahí está la cantera. Los chavales están trabajando bien con nosotros y lo merecen. Partimos con las mismas opciones que el resto de equipos, aquí sólo el Deportivo es favorito para subir”.