Xerez CD

Despedida con la cabeza alta

  • Juan Merino dice adiós "orgulloso de mi trabajo y sin pensar que esto es un fracaso, lo he dado todo" y defendiendo a los futbolistas: "No me han puesto zancadillas"

Juan Merino se despidió ayer del club como llegó: sin una palabra más alta que otra, con la misma timidez, con los mismos nervios delante de los micrófonos y agradecido a todo el mundo por el trato recibido y por haberle permitido "entrenar a este gran club".

Flanqueado por Emilio Viqueira y Francisco García, el técnico, visiblemente afectado, admitió que "es un día raro, anormal pero estoy tranquilo. Siempre he pensado que no hay fracaso si trabajas al 150% y yo he sido un trabajador honrado, he dado todo lo que tenía como entrenador al servicio del club. Hemos tenido obstáculos y situaciones difíciles en las que las adversidades se han apoderado del equipo y nos han impedido demostrar más cosas para ganar más partidos".

Además, tiene claro que "hubiese sido capaz de remontar la situación, soy optimista. Los resultados mandan y siempre son los entrenadores los que caen, pero creo que con el trabajo que se estaba haciendo, este equipo podía salir adelante tarde o temprano. Ahora, yo ya no estoy y lo que quiero es que no le pidáis más al equipo, el objetivo prioritario es ganar en Villarreal. Hablar ahora de estar entre los seis o siete primeros es una tontería. No hay que meter más presión".

Reivindicó su trabajo al frente de la plantilla y considera que para nada el proyecto "me ha venido grande. Soy sencillo y humilde pero estoy más que preparado. El fútbol es fútbol, es caprichoso y no ha sido justo con la forma de jugar del equipo. Me encuentro suficientemente capacitado como para haber sacado esto adelante pero cuando los resultados no llegan, siempre cae el entrenador".

Y para haber triunfado en el Xerez, piensa que lo único que le han faltado son "resultados, de haberlos tenido no estaría aquí en estos momentos. Eso sí, me marcho contento porque el estilo de juego que quería implantar el equipo lo asumió pero no ganábamos y eso nos ha creado intranquilidad. Aún así, hemos jugado muy buenos partidos, como el del Sabadell".

Siempre correcto, quiso marcharse asumiendo toda la responsabilidad y aseguró que en ningún momento ha sentido que desde dentro le hayan puesto zancadillas. "Estoy al cien por cien agradecido con el comportamiento de todos. Hay valía dentro de la plantilla para sacar esto adelante y ellos dirán, el nuevo cuerpo técnico lo intentará y los futbolistas son los que deben de revertir la situación con su apoyo y su trabajo. Se han comportando bien, pero no han llegado los resultados. En este último partido hubo jugadores atenazados, nerviosos, intranquilos y eso paralizó un poco al equipo, de ahí que alguien piense que los jugadores estaban en contra del entrenador, pero para nada. Puedo asegurar que los jugadores nunca han estado en contra del entrenador".

Tras la reacción en Las Palmas y Huelva, no se esperaba la destitución porque se sentía "un poco más fuerte. Habíamos cosechado dos resultados buenos pero lo de este último partido fue fuerte. Vivo con los pies en el suelo, la realidad es la que es. El comportamiento en casa en cuanto a resultados no ha sido el esperado y por la forma en la que se perdió estoy aquí".

Este revés, espera que no le pase factura porque "siempre tiene que haber una primera vez, aunque a nadie le gusta. Tengo 41 años y no me agobio y menos pensando que hay gente como Chaparro, que ha entrenador al Betis con más de 60 años. Lo afronto de la mejor forma posible y ahora mismo ya estoy deseando seguir recopilando información y estar al día para cuando me necesite un equipo. Es difícil la situación pero por constancia, trabajo e ilusión no va a quedar".

Merino, además, aprovechó la oportunidad para elogiar a Moreno y definirle como "la mejor solución. Antes de que venga algún entrenador de fuera, que no conozca cómo es el grupo, mejor alguien de la casa, que siente los colores, que es profesional y que ha estado a mi lado y me ha dado toda su ayuda. Es la persona ideal y la más capacitada. Se lo merece más que nadie y luego los resultados dirán si la decisión es la adecuada. El club ha estado bien en esa decisión".

A la hora de valorar a la plantilla, no quiso acordarse de los refuerzos que hubiese necesitado. "Desde el verano, estaba contento con la plantilla. El objetivo que nos marcamos igual ha podido atenazar y crear cierta presión a la plantilla pero sin esa presión, creo que está capacitada para estar de la mitad de la tabla hacia arriba. Si los resultados le acompañan, puede ganar dos partidos seguidos y colocarse en la parte media-alta. En ningún momento me he quejado, la plantilla está capacitada pero he observado que le ha podido la presión de que el objetivo prioritario fuese estar entre los seis primeros".

Tampoco cree que en su paso por el Xerez le haya faltado mano dura con los jugadores. "Para nada. Se han dado algunas situaciones, como las puede haber en cualquier equipo. Tengo las ideas claras respecto a la plantilla, hay buenos profesionales, aunque a alguno le haya dicho alguna cosa delante de los compañeros. Siempre hay algún jugador que tiene problemas con el cuerpo técnico pero eso es lo más normal, no he tenido problemas en letras mayúsculas y estoy muy orgulloso de ello".

Por último, lamentó los malos resultados de Chapín, resultados que han condicionado su futuro: "Fuera hemos sido un equipo más sólido, con menos posesión, más directos y en casa había que tener otra idea. Me gusta la vocación ofensiva, con posesión y llegada y en ese aspecto no concretamos. El otro día estuvimos mal, el equipo estuvo nervioso, no tuvo posesión, los jugadores estaban atenazados y les pesó. El nuevo cuerpo técnico decidirá qué debe hacer, yo he intentado implantar mi estilo".

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