En una semana no se hizo el mundo pero sí parece que en apenas ocho días se ha destruido el mejor Xerez de la temporada... El Deportivo cayó ante La Palma por 0-1 y puso fin a una trayectoria impecable, con nueve jornadas sin perder y cuatro triunfos consecutivos. La décima no llegó  y el quinto en esta ocasión no resultó bueno.

La situación vivida por el plantel desde el pasado miércoles, con entrenamiento a las puertas del Ayuntamiento incluido y una guerra sin cuartel entre la entidad y el consistorio, y las numerosas e importantes bajas terminaron pasando factura a un bloque que se rompió después de que Melo fallara una pena máxima y de tener que jugar con diez la última media hora por la expulsión del central Amado por doble tarjeta amarilla.

La derrota fue a todas luces injusta porque el rival ni expuso ni hizo más méritos que los de Puma para llevarse los tres puntos pero Guarte hizo de Iván Aguilar en uno de esos minutos, 86, que más daño hacen porque el cansancio hace mella y apenas hay tiempo para buscar la reacción.

Aún así, el Xerez fue sencillamente mejor que su oponente. Fue superior en las áreas, en el centro y hasta en las forma de ponerse las botas pero... le faltó acierto, un acierto que sólo tiene en este equipo a día de hoy el pichichi Aguilar, ausente ayer por sanción. 

Una de las máximas del fútbol dice que el que perdona lo acaba pagando y el Deportivo pagó un alto peaje ante los onubenses, que aprovecharon una de las escasas contras que montaron para llevarse los tres puntos de Medina. Fueron pacientes, ordenados e hicieron su partido. El Prado fue una feria para ellos. Celebraron el tanto a falta de cuatro minutos para el final como si les valiese para firmar un ascenso o ganar un título...

Puma tuvo que recomponer totalmente su once por la baja del ariete  malagueño pero sobre la marcha también se vio obligado a de portero, ya que Javi Muñoz no superó sus problemas de rodilla -en este caso Migue estuvo notable y no se notó- y de lateral derecho por la lesión de Blanco. Dani Albacete retrasó su posición. Para colmo, también tuvo que apostar por un Juanse renqueante que terminó rompiéndose después de un gran esfuerzo en la mediapunta. 

A Toni Seoane le tocó bailar con la más fea y Puma le encomendó a él la difícil tarea de ocupar, que nunca sustituir, la plaza arriba del pichichi castigado. El cordobés cumple siempre, se entrega, pelea, crea pero es evidente que no es delantero. Ni él ni sus compañeros pudieron con un Thorices que también tuvo su dosis de fortuna en algunas jugadas de ataque montadas por los azulinos.

Sin referencia pero acostumbrado a jugar con ella, al Deportivo le costó cambiar el balón largo a la espalda de la defensa por el toque, la velocidad y las internadas por banda. Cuando lo logró, siempre creó peligro, especialmente con un Chirri cuajó su mejor actuación como azulino. 

El hábil extremo le buscó las cosquillas al lateral Pablo desde el primer minuto. Al cuarto de hora, el zaguero rojillo mereció coger el camino de los vestuarios pero el colegiado, de forma incomprensible, le perdonó la segunda tarjeta amarilla y la consiguiente expulsión. Kiki, curtido en mil batallas en esta categoría, no dudó a la hora de mandarle a la ducha para evitar que su equipo se quedara finalmente con diez.

El Xerez entró con ganas al partido pero pronto dejó claro que estaba reñido con el gol. Seoane perdonó la primera a los 19 minutos. Aprovechó una buena dejada de Juanse pero se hizo un lío con la pelota y no pudo con Thorices. 

Los visitantes le vieron la cara a Migue a la media hora. El meta azulino metió la manopla  tras una jugada de Fermín cuando Guarte ya tenía la caña preparada. La réplica a esa jugada la puso Yepes sólo un minuto después con un buen tiro raso y duro con la derecha desde la frontal del área que se marchó rozando el palo. Antes del descanso, Migue volvió a lucirse, en esta oportunidad para despejar de puños una falta lateral que colgó Ángel al corazón del área.

 En el segundo acto, el guión parecía que iba a cambiar de forma radical. El Deportivo regresó al terreno de juego más enchufado y con nuevos bríos. A Chirri se le marchó un control por milímetros cuando se disponía a encarar a Thorices y después, ni Juanse ni Yepes llegaron a un buen centro del extremo. Tanto empujaron los xerecistas que, a los 54 minutos, Yepes provocó una clara pena máxima. Melo agarró el balón con fe pero se lo puso fácil al portero. Lo tiró flojo, ajustadito al palo y a poca altura. El portero moguereño lo detuvo sin problemas. Ahí comenzó el principio del fin.

El cansancio comenzó a hacer mella en los jugadores y el plano psicológico también hizo su trabajo. Curro Sánchez metió un buen balón al interior del área, que se paseó sin que nadie lo empujara. Fofi lo mandó a córner.

Luego, Amado tuvo que hacer falta para frenar una contra y vio la roja. Más madera. La Palma, en superioridad, ya no pasó tantos apuros y le sobraba con defender con orden para frenar las acometidas azulinas, todas con más corazón que cabeza y con dos juveniles en el campo.

Guarte terminó de amargar la mañana al Deportivo. Aprovechó una contra (86’) y un error de la medular y de la zaga para hacer el 0-1 ante la salida desesperada de Migue. Nico tuvo el empate en el descuento en el lanzamiento de una falta pero no llegó.