Juan Carlos Gómez, entrenador del Xerez CD, se muestra claro y contundente a la hora de valorar la crítica situación en la que se encuentra España por el coronavirus y sus repercusión en el fútbol. El preparador azulino pide calma, ser responsables, no salir de casa y respetar las recomendaciones tanto de las autoridades como de los sanitarios.

Su plantilla realizó el último entrenamiento de la semana en la playa de Valdelagrana, todos los jugadores están en sus casas y, de momento, no saben cuándo volverán a los entrenamientos tras el aplazamiento de las dos próximas jornadas de Liga y el cierre de las instalaciones municipales.

Para este periodo en el que no podrán trabajar de forma colectiva, Jose Ortega, preparador físico del equipo, ha confeccionado un plan de entrenamientos individuales que espera que los futbolistas puedan realizar al aire libre, aunque son conscientes de las limitaciones por el cierre de los parques y la bandera roja de las playas.

Juan Carlos admite que "la situación se ha puesto fea, estamos ante una pandemia y ya el fútbol queda en un segundo lugar, lo más importante ahora es la salud y que esto se controle o más rápido y de la mejor manera posible. Hemos activado el protocolo, hemos mandado a los jugadores un plan de trabajo y a esperar...".

Como técnico está vive estos momentos "con preocupación tanto a nivel personal, por tu familia, como profesional. Tienes a tu cargo a un grupo de jugadores que deben de seguir ahora ya no unas pautas de comportamiento deportivo también cívico. Hay que ser responsables y pensar que lo que están en juego en la salud, no tres puntos. Supone un giro totalmente radical en el día a día pero las cosas son como son".

Bajo su punto de vista, "todas estas experiencias nos van a hacer madurar a todos. Estos quince días van a ser muy duros para todos pero, insisto, es lo que toca. Esperemos que todo vuelva a la normalidad cuanto antes y retomar el pulso a la competición y al día a día, ojalá tengamos que parar sólo dos semanas".

En cuanto a las medidas tomadas por la Andaluza y la Española, advierte que "son lógicas. Lo que no tenía sentido era jugar a puerta cerrada, aunque ahora la situación no lo permite. Eso era una auténtica tragedia para todos los clubes modestos que vivimos de los ingresos por taquillas y de la publicidad en los partidos para pagar los gastos de arbitraje y algo a los chavales. Las medidas que se han tomado son coherentes y de sentido común. Nuestro club está en situación de alarma, de los que peor se encuentran y hubiese sido caótico".

El parón de Liga obligado a su equipo le va a venir "bien y mal pero es lo que hay y a todos toca. A nivel físico creo que nos viene mal porque estábamos bastante bien, los jugadores ahora mismo están como aviones y llegando bien a las segundas partes. A nivel deportivo, sin embargo, sí que nos viene bien porque vamos a recuperar a algunos de los jugadores que tenemos lesionados como Manu Lebrón y Juanma Cámara".

"Si los jugadores cumplen las recomendaciones, que lo van a hacer, volverán bien física y mentalmente, espero que no perdamos el hilo de este buen momento físico en el que nos encontramos. Sin ir más lejos, el entrenamiento del viernes en la playa fue brutal, tanto a nivel físico como de hacer grupo. Los quise llevar porque se lo pasaron en grande y nos sirvió para evadirnos un poco de todas las situaciones que estamos viviendo. Ojalá todo esto pase pronto".

Como pronto ha pasado para él la resaca del derbi ante el Xerez DFC. El cordobés terminó muy enfadado con la actuación arbitral. Ahora, ya "estoy más tranquilo, aunque en el momento es lógico que te moleste lo que pasó con el árbitro. Las imágenes son claras, hay penalti a Revuelta y a Balongo en la banda izquierda. De todos modos, de aquel día tenemos que quedarnos con la parte positiva, las dos aficiones disfrutaron de una gran fiesta".