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"Lavo mis manos de sangre inocente"

  • Ríos no se siente el único culpable del descenso y muestra su orgullo por "el buen nivel de los juveniles"

Carlos Ríos se presentó en la sala de prensa de Chapín con ganas de reivindicar su trabajo, un trabajo que a nivel de resultados deja bien a las claras que no ha sido nada bueno. Fue contratado para sacar a la nave a flote y no lo hizo. Sin embargo, reivindicó la oportunidad que le ha dado a la cantera.

El técnico azulino destacó que "el triunfo es simbólico pero estoy contento porque los chavales han estado a un gran nivel y además son juveniles. Para los que le gustan tanto los datos, ahí lo tiene, no sé cuanto tiempo hacen que no debutan cuatro juveniles con el primer equipo y porque algunos del filial querían jugar con ellos antes que en el primer equipo. Tengo números que son malos pero otros son buenos", matizó.

Además, explicó que si no les ha dado más minutos antes es porque "la situación del equipo era muy complicada y no era para darle esa responsabilidad a los juveniles. El partido ante el Barça B también era comprometido pero la situación era distinta. Que hayan estado bien esta vez, no significa que con mayor presión lo estuviesen también, ojalá este buen nivel lo mantengan, pero ellos no eran la solución a nuestros problemas".

A la hora de aclarar sus palabras sobre los futbolistas del filial que prefirieron no jugar con el primer equipo, también fue sincero. " No me siento ni decepcionado ni enfadado, pero no acabo de entender cómo teniendo la posibilidad de debutar en el equipo de tu tierra en Segunda A, prefieres quedarte en el filial. Insisto, me alegro muchísimo por los juveniles que, repito, han estado a un gran nivel ante el Barça".

A la hora de responder a si era su última rueda de prensa como técnico del Xerez, dijo irónico. "Nunca se sabe, en el fútbol todo es posible, en la vida todo es posible y esto es lo que toca hoy".

También comentó que para nada se considera el gran culpable del descenso. "Dijo una persona en la historia, lavo mis manos de sangre inocente. Quien analice bien las cosas y quiera encontrar a los culpables, que la analice. A mí, me da igual, yo tengo la conciencia tranquila con el trabajo realizado y, repito, lavo mis manos de sangre inocente".

En cuanto a la reacción de la afición, no se pronunció y optó por un diplomático "no tengo que hacer ningún comentario de eso".

Por último, en una clara despedida de la entidad, quiso "dar las gracias a Rafael Mateos, Miguel Ángel, Jacobo Moreno, todos todos los empleados del club, a los servicios médicos, a los utilleros, a los vigilantes, a los recogepelotas, a la prensa y, de forma especial, a los jugadores y a Fernando Niño, Manolo Salado y Manolo Oliva, porque estoy encantado de haber trabado con ellos y les considero ya mis amigos. Por último, a la aficón, pedirle disculpas porque mi trabajo no ha servido para la salvación del club".

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