Después de pasar consulta en Madrid con el especialista, Míchel se reincorporó ayer al trabajo con el grupo. El delantero, una de las opciones que se barajaban para cubir las ausencias en el ataque, confirmó ayer lo esperado, que aún no tiene el alta médica y por lo tanto será baja para medirse al Tenerife.

El madrileño admitió que “me encantaría volver porque tengo unas ganas locas, pero todavía no tengo el alta médica y eso es uno de los pasos que hay que dar para poder jugar un partido. Luego, físicamente no estoy al cien por cien y bueno, la situación es complicada porque sé de las necesidades del equipo pero quizás me ha llegado muy pronto también. Es una lástima por esas ganas que tengo de volver a entrar”.

El corpulento ariete reconoció el proceso de recuperación “va fenómeno. Mañana -por hoy- hago cuatro meses y bueno son cosas más serias que una rotura de fibras porque he estado seis o siete semanas sin hacer nada y eso se nota. Pierdes la forma, la musculatura, pierdes todo y eso hay que recuperarlo poco a poco”.

Míchel entiende que hasta el momento “la comunicación con el míster y con el médico es fantástica y estamos totalmente de acuerdo de los pasos que hay que seguir. Jugar sería correr un riesgo innecesario”.

Y es que el punta tiene sensaciones “muy buenas porque normalmente cuando estás tanto tiempo sin hacer nada te cuesta, te salen molestias por todos lados. Eso en mi caso no ocurre y me está permitiendo trabajar a tope y al máximo”.

“Me da mucha rabia porque sé que es un momento delicado y ahora es cuando más tenemos que arrimar el hombro todos. Me da lástima pero la situación es ésta y tengo que prepararme para estar al cien por cien. Cuanto antes estemos todos bien mucho mejor para el equipo”, concluyó el delantero.