Xerez cd | real club celta · MARCAJE AL HOMBRE

Momo calza un guante en la zurda

  • Realizó una primera media hora espectacular y fue el autor del tanto que abrió el camino del triunfo frente a los gallegos · Entre él y Mendoza desarbolaron a unos rivales que a veces no les veían ni pasar

Interior con clase, regate, centro y este año hasta con gol. Jerónimo Figueroa Cabrera 'Momo' (15-07-82, Las Palmas) se ha convertido esta temporada en uno de los hombres claves de la primera vuelta que acaba de cerrar el Xerez como brillante campeón de invierno. Ha encontrado su sitio con Esteban Vigo en el banquillo y ha destapado todas las cualidades que le llevaron a Primera División siendo muy joven, cuando el Deportivo de A Coruña le rescató de sus Las Palmas nata por el guante que calza en su pierna izquierda.

El año pasado ya dio muestras de su nivel pero no ha explotado del todo hasta esta campaña, campaña en la que ha recobrado un duende especial, ese duende que sólo los zurdos tienen. De hecho, ha anotado ya más tantos en el Xerez -nueve con el de ayer- que en toda su carrera profesional en Primera.

El encuentro ante el Celta era especial para Momo, al que nunca le dieron en el Deportivo la posibilidad de disputar un derbi ante el eterno rival y lo saldó con nota alta. El centrocampista canario estuvo exquisito en la primera media hora, desequilibró el partido con su gol, y eso que no lo tenía fácil, con Fajardo, Rosada y luego Jonathan Vila como perros de presa vigilándole muy de cerca.

Momo es de esos jugadores que parece que no están pero que aparecen en el momento justo. Tras el choque de ayer, seguro que Esteban le felicitó por su primera parte, le leyó la cartilla por los minutos que estuvo perdido en el segundo tiempo y le volvió a felicitar por sus últimos diez minutos, en los que volvió a demostrar desborde, calidad y rapidez cuando el resto de sus compañeros y sus rivales estaban casi fundidos. Él es así, capaz de aparentar estar cansado en el minuto cinco y pegarse una carrera de más de ochenta metros en el último minuto del partido.

La banda izquierda azulina con él y con Mendoza es un cheque al portador. Pepe Murcia sabía que entre los dos le podían dar guerra y así fue, ya que gran parte de las jugadas más peligrosas partieron de las botas de los dos jugadores.

Arrancó muy metido en el partido y con ganas de disfrutar ante un rival al que nunca se midió como deportivista. Como no podía ser de otro modo, no tardó en desarbolar por completo a sus pares y en poner en aviso a un Notario que le tuvo que sufrir a los veintidós minutos de juego.

El canario, siempre con la caña preparada esta temporada, estuvo muy atento en el segundo palo para mandar al fondo de la portería un centro desde la derecha de Carlos Calvo. Lo celebró por todo lo alto y, como suele hacer últimamente, se lo dedicó a su novia, con la que espera su primer hijo.

Fue el encargado de abrir la lata y el encargado de enseñar a sus compañeros el camino de una victoria que les ha dado el título honorífico de campeón de invierno.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios