En el partido de ayer se vio la diferencia entre un equipo que está arriba y otro que pelea por escapar de abajo. Al Córdoba le bastó con un par de chispazos para ganar tres puntos, mientras que el Xerez se quedó sin nada tras firmar una actuación correcta que le hacía merecedor, al menos, de un punto.

En el primer tiempo el Xerez fue de más a menos. Comenzó dándole de su propia medicina al Córdoba, ya que presionaba muy arriba y le quitaba el balón a las primeras de cambio. El conjunto de Moreno parecía tener chispa en ese momento y triangulaba con velocidad y acierto cerca del área.

Sin embargo, en ningún momento gozó de la clarividencia necesaria para crear auténtico peligro cerca de Alberto García, que en el primer periodo no pasó ningún apuro. Sólo hay que contabilizar un cabezazo flojo de Íñigo Vélez pasada la media hora.

Tuvo que pasar un cuarto de ahora para que asomara la figura de Javi Hervás, un futbolista que ha sido fichado por el Sevilla por ser ese motor de la medular que buscan todos los equipos. Parece tener un imán para tener siempre la pelota y después está bien dotado para la distribución y para la recuperación. Se asocia bien con López Silva y aunque en este caso le faltaba Caballero, terminó adueñándose de un centro del campo en el que Rafa García cumplía sus peores minutos desde que debutara con el Xerez.

Los bajitos del Córdoba empezaban a controlar el juego y disparaban con peligro en varias ocasiones. Una falta bien lanzada por López Silva pasaba muy cerca del palo izquierdo de Doblas al filo de la media hora y cinco minutos después el cancerbero azulino tenía que mandar a córner un disparo desde la frontal de Borja García, que hizo bastante daño con sus desmarques diagonales.

La sensación que quedó al final del primer periodo es que era un partido encorsetado que no tendría muchos goles. Sin embargo, todo cambió en el inicio de la segunda mitad. López Silva tomó el mando en el centro del campo y hacía daño superando a los pivotes azulinos y conectando con la segunda línea cordobesista. Así llegó el primer tanto del partido, ya que el onubense vio bien el desmarque de Borja García, que adelantaba al Córdoba con un disparo cruzado en el minuto 53.

Era una pésima noticia porque el equipo de Moreno en esos momentos parecía con pocos recursos para darle la vuelta a la situación, pero el tanto espoleó a los azulinos. El equipo se fue arriba con fe y cinco minutos después empató con un excelente disparo de Pablo Redondo tras un córner lanzado por Capi. La defensa despejó y el valenciano marcó por bajo cuando más lo necesitaba su equipo.

Eran minutos en los que parecía que estaba cerca de caer el segundo tanto de los locales. Vélez se entendía muy bien con José Mari y éste estaba a punto de adelantar a los azulinos con un remate cercano en el que se lució Alberto García. El equipo de Moreno había reaccionado, pero no contaba con que el destino le tenía guardada otra desagradable sorpresa con un disparo raso desde la frontal del área por parte de Fede Vico, que se colaba pegado al poste derecho de Doblas en el minuto 70. Otra prueba para la fe xerecista.

Tenía tiempo por delante para ir a por el empate nuevamente, pero se veía que no era el día de un equipo que venía en racha y que en este caso carecía de la profundidad necesaria para hacer daño a un rival que llevaba cinco partidos sin ganar como visitante. El Xerez se quedó sin fuerzas en el tramo final y, además, Moreno tardó un mundo en dar entrada a Tato cuando el marcador estaba en contra y hacía falta más pólvora arriba.

Pero fue un querer y no poder porque el equipo cayó en una permanente precipitación, apostó por el pelotazo como la vía más fiable y siempre se encontró con la fortaleza de una defensa que así no pasaba apuros. Y así se quebró una racha de tres victorias consecutivas en un partido donde, quizá, no mereció perder, pero en el que se vio que a este Xerez le falta algo para subir el escalón de los que buscan acomodo en la zona de las alegrías.

Y quedan algunos aspectos para el debate, como si de verdad es la izquierda la mejor ubicación para Capi, y no sólo por el rendimiento que puede ofrecer ahí el camero, sino por lo que pierde el equipo al no tener a alguien para abrir el campo, por lo que el juego se hace bastante más previsible.

Además, sigue siendo una mala noticia que en partidos como el de ayer no haya en el banquillo ese jugador revulsivo que pueda darle otra cara al equipo. Antoñito ya no está y se echa de menos a futbolistas que pongan cara la titularidad.