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Ricardo, por la boca muere el pez

  • El presidente azulino encendió las redes sociales con su comentario racista pero no ha sido su única metedura de pata.

Ricardo García es una persona que no deja indiferente a nadie, lo que periodísticamente se considera como una 'mina'. Sus salidas de tono fueron una dominante en su anterior etapa como presidente del Jerez Industrial y, en una semana al frente del Xerez Deportivo, el mandatario nazareno ya ha sacado los pies del tiesto. 

El presidente azulino no tuvo otra ocurrencia que decir "no somos vándalos ni gitanos" para mostrar lo que, a su juicio, será la gestión de su consejo de administración. El dirigente sevillano, consciente de que había cometido una torpeza mayúscula, pidió inmediatamente perdón -gesto que le honra- pero evidentemente el daño ya estaba hecho y las redes sociales comenzaron a reproducir la que ya se ha convertido en una frase famosa.

No se trata de la primera metedura de pata de Ricardo García. En su etapa de poco más de dos años al frente del Jerez Industrial fueron numerosos sus desencuentros con sus propios jugadores y entrenadores, con los socios, que finalmente le organizaron una moción de censura, y hasta con el Ayuntamiento de Pilar Sánchez, a la que tildó de "sinvergüenza" y "mentirosa" junto a la por entonces delegada de Deportes Ainhoa Gil y que le costó una condena de 4.000 euros en un juicio de faltas.

El nuevo presidente del Xerez no rehuye la confrontación, le va la marcha y, visto lo visto, en muchas ocasiones dice las cosas antes de pensarlas. Eso debió ocurrirle en le tertulia de Onda Cero el pasado martes cuando dijo lo que dijo.

Echando la vista atrás, la principal 'guerra' de Ricardo García fue con el Ayuntamiento de Pilar Sánchez, al que por entonces acusaba de un trato preferencial hacia el Xerez Deportivo en detrimento del "ninguneo" al que se veía sometido el Jerez Industrial. El club tenía problemas económicos y el presidente, en una rueda de prensa en el Hotel NH (octubre de 2008), dio los primeros pasos hacia el divorcio con el consistorio. Acusó al gobierno municipal de no querer reunirse con el presidente "del segundo club más importante de una ciudad importante como es Jerez", cargó contra la delegada de Deportes y solicitó que el Ayuntamiento le buscara un patrocinador: "Le pido a la alcaldesa que igual que habla tanto con Nuchera y Garrido también busque un sponsor para el Jerez Industrial". Pocos días después, el Ayuntamiento se sacaba de la nada un patrocinio de Nueva Rumasa por cinco años y 150.000 euros.

Un nuevo encontronazo con el Ayuntamiento se produjo en la última ronda de la fase de ascenso a Segunda B (junio de 200) cuando el club estuvo a punto de no viajar a Miranda de Ebro al no recibir una ayuda excepcional de 15.000 euros que finalmente quedaron en 8.000: "Representamos a Jerez y no pedimos nada extraordinario", dijo por entonces el sevillano.

La traca se encendió a finales de agosto de 2009. Para poder comenzar la Liga, el Jerez Industrial tenía que hacer frente a 25.000 euros para liquidar al entrenador de la anterior temporada. Dos días antes del debut en la categoría de bronce, medio centenar de aficionados, con su presidente a la cabeza, se plantaban en la puerta del Ayuntamiento. Allí, Ricardo García ofreció una rueda de prensa dejando algunos titulares: "Ainhoa Gil pasa del tema, Gaby Selma dice que no es su problema y la Alcaldesa que no tiene tiempo para el Jerez Industrial". "Para el Industrial no hay dinero pero para ir a Tenerife a ver al Xerez con un montón del concejales o a Mallorca sí lo hay".

Y el 12 de noviembre, Ricardo García destapó la caja de los truenos llamando a la alcaldesa y a su delegada de Deportes "sinvergüenzas" y "mentirosas" acusándolas de no firmar un convenio por importe de 400.000 euros con la entidad que entonces presidía: "Hemos ido a empresas para renovar la publicidad y les han dicho que al Industrial, nada. Son unos sinvergüenzas".Recientemente, el ahora presidente del Xerez ha reconocido el error (y el desgaste) que le supuso la confrontación con el Ayuntamiento. Estos insultos le valieron una demanda por injurias, que ganaron Pilar Sánchez y Ainhoa Gil.

Ricardo también tuvo sus 'guerras' con jugadores y técnicos. Apartó en su momento a Jorge Herrero y Juan Carlos al considerar que eran los cabecillas del vestuario, que solicitó su marcha en noviembre de 2009 después de no cobrar ni un céntimo desde principio de temporada. García siempre mantuvo que por detrás estaba la mano del Ayuntamiento. Posteriormente, despidió a Alberto, Benítez y Carrasco, no acabó bien su relación con Carlos Fontana ni con Nico Sosa, aunque el colmo fue ponerse a entrenar al Industrial, llegando a estar en el banquillo durante tres jornadas.

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