xerez cd | cd mirandés · Frente a Frente 3 Faltas recibidas 6 2 Faltas cometidas 25 Balones recuperados 79 Balones perdidos 6

Con la banca hemos topado

  • El empleado más famoso de Cajacírculo forma el taco en Chapín con dos goles y acciones de categoría · Tato, que fue de más a menos, sale del campo pitado

"¿Por qué no hemos fichado a este tío?", se preguntaban ayer muchos aficionados tras ver la exhibición de Pablo Infante en Chapín. Fue el estilete de un equipo que jugó con las ideas muy claras, con una defensa que no concedía nada -no como la azulina- y que arriba se encomendaba al alopécico mediapunta para volver loca a la zaga de Esteban Vigo, que firmó una preocupante actuación.

Y eso que en el primer tiempo estuvo casi desaparecido, mientras que Tato, el jugador del Xerez que cumplía su función en el campo en una posición más centrada, empezaba entonado. En los primeros minutos el murciano leía bien los espacios para desmarcarse y para combinar. Infante apareció al filo del descanso en una acción en la que creó peligro con una jugada en la que demostró su habilidad en el regate entrando desde fuera. Fue el preludio del gol. No podía ser otro.

Desde hace tiempo se viene comentando que ya no hay apenas diferencia entre algunos equipos de Segunda B y los de la Liga Adelante. Se está viendo en la Copa del Rey de los últimos años y conjuntos que acaban de ascender, como el Mirandés, ponen las cosas complicadas a cualquiera. Lo de ayer fue mucho más que eso.

No es una sorpresa porque el equipo burgalés se ha hecho famoso por sus machadas contra equipos de superior categoría. Y en ello ha tenido mucho que ver Pablo Infante, un empleado de banca que es conocido por la mayoría de los aficionados por sus goles y por su calidad. Ayer lo demostró con acciones como una cola de vaca a Raúl Cámara, que le hizo un penalti que no pitó el árbitro.

En el Xerez volvía Tato a la titularidad por detrás de José Mari después de que en Almería Esteban Vigo apostara por contar con un centrocampista más, que fue Rueda. Empezó bien, bajando recibir balones al centro del campo y combinando casi siempre con acierto con José Vega y José Mari, pero con el paso de los minutos su juego se fue llenando de errores.

El murciano se marcó el objetivo de explotar en esta temporada, pero por el momento las cosas tampoco le están saliendo bien. Lo intenta y se sabe que es un futbolista que puede aportar mucho más. El club le ha ofrecido la posibilidad de firmar una campaña más rebajando su sueldo, como algunos de sus compañeros, pero por el momento no se ha llegado a un acuerdo.

En el polo opuesto está Infante, que se marchó ovacionado de Chapín después de hacer dos goles y tras demostrar que podría haber jugado muchas temporadas más en Segunda, como mínimo. Ahora que la economía está como está, son muchos los clubes que miran en Segunda B, pero hasta hace poco era una categoría que daba pereza a los directores deportivos y por eso este burgalés ha pasado más tiempo de la cuenta en el fútbol de bronce.

Tato, como el Xerez, tuvo una pésima tarde, pero se puede esperar más de él. Infante se lució y salió del vestuario como si tal cosa. Un futbolista de los de antes.

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