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La bestia negra pasa a mejor vida

  • Estreno Un gol de Carlos Calvo pasada la media hora de juego dio los tres puntos al Deportivo, que duerme en la tercera posición de la tabla Destacado Chema volvió a ser fundamental y evitó el empate en varias llegadas de Las Palmas

Durante toda la semana, el sentimiento de venganza la plantilla xerecista ha estado en un segundo plano, más bien escondido, pero lo cierto es que en el seno del plantel, donde aún perviven muchos de los futbolistas del pasado año, la abultada derrota de la anterior campaña escocía y de qué manera. Si a ello unimos la satisfacción que supone romper unas estadísticas, porque Las Palmas no había perdido aún en Jerez, el resultado es un equipo agresivo, luchador y con la clara convicción de creer en lo que hace (lástima que no lo creyeran en Anoeta).

Un ejemplo. Minuto 85, con Las Palmas acechando el marco de Chema, el Xerez se va a arriba hasta con seis futbolistas. ¿Ganas de victoria? ¿Demasiado arriesgado? Puede ser, pero se agradece. Ya está bien de tanto conservadurismo.

Y es que este equipo es un bloque cada vez más consistente a nivel defensivo y con muchísimas alternativas a nivel ofensivo. Lo demostró el pasado sábado en Anoeta, haciendo un partido muy serio ante un gallito, y ayer lo volvió a dejar patente sobre el césped de Chapín. Todo ello pese que Esteban decidió no forzar a Pedro Ríos y dio continuidad a Carlos Calvo (de lo mejor) y a Antonio Calle, sin demasiado tino.

Además, el malagueño introdujo de inicio a Antoñito y optó por dar banquillazo a Álex Bergantiños. El gallego, no obstante, reivindicó su titularidad en el campo. El mediocentro ha crecido a triple velocidad en los últimos partidos y ayer no dio opción alguna a los que aún dudaban de él. Mandó, robó, asistió con criterio y hasta se permitió el lujo de ofrecer un par de destellos de calidad. Aunque sólo estuvo sobre la cancha media hora, el coruñés presentó formalmente su candidatura a futbolista de futuro.

El partido en sí resultó empalagoso por momentos, con bostezos incluidos por parte de la afición, que veía como las imprecisiones se imponían a la calidad. El Xerez salió con la torta habitual de los últimos partidos de casa, y su rival limitaba su juego a esperar atrás para salir a la contra y a enviar algún balonazo largo a su oxigenador particular, Marcos Márquez.

La dinámica pronto contagió a los locales, que optaron también por abusar del pelotazo arriba buscando a Calle, que al igual que en San Sebastián las peleó todas, pero le faltó precisión.

El peligro azulino llegaba únicamente a balón parado, con Viqueira y sus centros, y en arranques de Momo por la izquierda que no encontraron rematador.

La réplica insular apareció en forma de regalo. Fue en un saque corto de Chema que Martí Crespí no esperaba y Siro Darino, con toda la puerta para él, envió el esférico por encima del larguero. Instantes después Miguel García recogió una volea dentro del área a la salida de un córner y su duro lanzamiento lo despejó con acierto el arquero alicantino.

Pasada la media hora Las Palmas sufrió su propia medicina. El balón salió de las botas de Antoñito, Calle aguantó y prolongó con clase sobre Carlos Calvo y el madrileño, que venía como una moto, cruzó ante Santamaría haciendo el 1-0.

Con tímidos escarceos de Pablo Sánchez, que se encontró a un gran Francis, acabó la primera mitad. Tras la reanudación, el Deportivo dio el balón a su rival, y esperó agazapado en su campo. Se cambiaban las tornas con respecto a la primera parte. Sin embargo, los de Rodríguez tocaban y tocaban pero cuando llegaban a la frontal chocaban una y otra vez con el muro conformado por Aythami, Crespí y Moreno. Inexpugnable.

Aún así Marcos Márquez pudo empatar con un remate picado, tras centro de Dani López, que se fue fuera por poco.

Conforme pasaban los minutos el partido se iba rompiendo. Cualquiera podía marcar, y los porteros cobraron protagonismo. Santamaría privó a Viqueira de festejar el 2-0 (con asistencia de Carlos Calvo) y posteriormente Chema le sacó un mano a mano al gaditano Pablo Sánchez, lo mejorcito de Las Palmas, al desviar con el pie.

En los últimos minutos y en plena guerra de acometidas, Pedro Ríos pudo sentenciar, pero se entretuvo en exceso. Los canarios, impotentes ante el orden azulino, ni tan siquiera pudieron inquietar a Chema con balones aéreos.

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