Nueva derrota, y van  ocho consecutivas, de un Xerez que ni con el cambio de entrenador parece capaz de revertir su poco alentadora situación. La supervivencia del Deportivo sigue en el limbo tanto en lo deportivo, pese a la llegada de Carlos Ríos, como en lo administrativo. Por lo visto ayer, deportivamente lo tiene muy difícil. Pero lo peor es que a nivel institucional no lo tiene mucho mejor. Y mientras va perdiendo posibilidades de sumar puntos, como en La Condomina, su objetivo de salir de la última posición se adivina cada vez más complicado. Los azulinos encadenan 16 encuentros sin vencer y están a 9 de la salvación.

El Xerez, que tuvo oportunidades en el primer tiempo para haberse adelantado en el marcador, las echó de menos en el segundo tiempo cuando el Murcia sí aprovechó las suyas.

Los primeros minutos resultaron escasamente atractivos. Ni el Murcia parecía capaz de ejercer de anfitrión ni el Xerez anunciaba demasiadas novedades. Fútbol de contención, marcas muy pegajosas, un bucle en el centro del campo y escasa creatividad. Con todo, sería Maldonado el primero en dar protagonismo a los porteros con un lanzamiento desde fuera del área que detuvo Javi Jiménez. 

El Real Murcia, pese a que también tenía en Onésimo a un entrenador reciente, tampoco ofrecía nada convincente y se sumaba a la vulgaridad de los azulinos. Pasada la media hora de juego de perfil insulso se produjo la lesión fortuita de Iago Bouzón, que se retiró cojeando, siendo sustituido por David Prieto. 

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Poco después, pareció animarse el Murcia, consciente de que tenía que dar algo más de lo que estaba dando sin más adversidad que la de un Xerez disciplinado. Nafti casi sorprendió a Raúl Navas con el primer disparo de los murcianos entre los tres palos. Pero no harían más los murcianos. El  conjunto azulino, por su parte, intentaba estirarse y entre Lucas Porcar, Marcos y Maldonado hilvanaban alguna jugada con intenciones pero malograda al llegar al área murciana.

Poco antes de terminar el primer tiempo, estuvo a punto de adelantarse el Xerez tras un centro de Marcos que Catalá estuvo a punto de introducir en su propia puerta en el intento de despeje y después cuando Javi Jiménez desvió a córner un disparo muy intencionado de Maldonado. 

Pasarían más cosas antes de llegar al descanso, con un final frenético donde primero el árbitro anuló un gol al Xerez por fuera de juego de Patiño a centro de Lucas Porcar y sería después el meta Raúl Navas el que tendría que despejar con apuros un lanzamiento de Matilla.

No mejoró el juego en la segunda mitad. El Xerez mantenía la consigna de agruparse en su campo y de no cometer errores, dejando las aventuras ofensivas para situaciones esporádicas. El trabajo defensivo de los de Ríos desquiciaba a un Murcia espeso y que no era capaz de superar la presión de los azulinos en el centro del campo. 

El Murcia se mostraba muy impreciso pero en la primera oportunidad que tuvo se adelantó en el marcador por medio de Kike García. Fue un balón largo a Saúl Berjón, quien recibe entre los dos centrales y se la deja en la frontal a Kike para que el delantero marque a placer.

El tanto exigía la reacción de un Xerez unidireccional hasta entonces y obligado a una transformación transversal. Ríos así lo entendió y puso en liza a Ogbeche para ganar efectivos en el área contraria. Con su entrada el Xerez se fue arriba y acorraló a un Murcia conformista que apostó por defender el resultado. 

La iniciativa era para los de Ríos, que llegaban con bastante soltura al área murciana. Lo intentaba Javier Patiño en acciones individuales pero la defensa murcianista se mostraba muy firme y apenas dejaba resquicios. Pero aunque sólo fuera por voluntad y dominio el Xerez se hacía acreedor al gol del empate. 

Pero pasaban los minutos y el Xerez no era capaz de inquietar a Javi Jiménez, mientras que por otra parte dejaba espacios donde el Murcia olfateó que podía sentenciar. Y así lo hizo en la recta final, con dos goles casi seguidos de Saúl que hicieron demasiado abultado el marcador y que castigaron al Xerez con una nueva derrota que siendo merecida no debió ser tan amplia.