‘El día de la marmota’, ‘El ascenso más largo del mundo’, ‘La historia interminable’….Cualquier título cinematográfico se puede aplicar a lo que le está ocurriendo al Deportivo, cuyo salto a Primera parece eterno. Los de Vigo quemaron ayer otro ‘match ball’, y aunque aún le quedan dos, es cierto que tanto jugadores como aficionados empiezan a estar cansados de un ascenso al alcance de la mano pero que por una razón u otra se hace de rogar.

Los azulinos volvieron a dar la cara, pero esta vez se toparon con un acertado Sergio Aragoneses y con la puntería desafinada, porque pese a las innumerables ocasiones creadas, si al Xerez le hubieran permitido estar jugando 200 minutos el gol no hubiera llegado. Además, si en la ida fue Esteban quien le ganó la partida táctica a Oltra metiendo de inicio a Sarmiento contra todo pronóstico, esta vez fue el valenciano el que sorprendió a su rival con una presión asfixiante que no dejó maniobrar a los  xerecistas como suelen hacerlo.

En cuanto al partido en sí, como era de esperar, fue un duelo intenso, tensionado y de virilidad, producto de lo que ambos equipos se estaban jugando.

Los locales pronto se adueñaron de la parcela ancha. Oltra, sabedor de la calidad azulina, intensificó la presión en la parcela ancha,  con Alfaro y Nino apretando en la salida de balón y colocando a Ricardo como perro de presa de Abel cuando el Xerez tenía la pelota. La estrategia surtió efecto y el Deportivo no tiró ni una vez a puerta entre los tres palos en los primeros 45 minutos. Su único peligro llegó por la banda izquierda donde Momo fue un puñal cada vez que encaraba a Cendrós.

El cuadro tinerfeño avisó en una contra en la que de no ser por la intervención de Aythami hubiese supuesto el primer gol pasado el cuarto de hora. Fue un atisbo de los que ocurriría instantes después cuando Nino, tras combinar con Richi, metió un balón en profundidad a Alfaro y éste, con frialdad, superó de vaselina la alocada salida de Chema.

El tanto no hizo sino aumentar el control del cuadro chicharrero, que a partir de ahí fue dueño y señor del partido. La ocasión más clara para haber encarrillado el encuentro la tuvo nuevamente Alfaro en el minuto 23. Nino centró desde la derecha a Richi, éste la dejó muerta y en carrera el onubense estrelló su disparo en el cuerpo de Martí Crespí.

El asedio era total y el gol sólo rondaba el marco del Deportivo. Antes de cumplir la media hora, un mal despeje de Moreno a punto estuvo de costar caro a los suyos, pero Chema, otra vez espléndido, despejó a córner.

Sin embargo, el partido cambiaría minutos después y en una acción absurda. Juanlu botó un córner hacia la corona del área, Carlos Calvo interceptó el balón y montó una contra letal que tuvo que ser desbaratada por Ricardo, costándole la roja. Con uno más, el equipo de Esteban se apoderó del balón y su rival se limitó a esperar una buena contra. La posesión no fue sinónimo de peligro y los azulinos sólo inquietaron a Sergio Aragoneses a balón parado, pero sin tirar entre los tres palos.

Es más, en el minuto 35 Richi picó para Nino y éste, sólo ante Chema, fue incapaz de batir al meta alicantino, que metió una mano inverosímil abajo desviando el esférico.

La segunda parte comenzó de la misma manera. El Deportivo controlaba el partido a su antojo ante un rival que esperaba agazapado. No obstante, de inicio los de Vigo fueron a por el partido poniendo cerco desde el primer momento a la meta de Aragoneses.

El empate pudo llegar nada más iniciarse el segundo periodo, en un centro de Mendoza al área que Carlos Calvo se encontró pero el madrileño, sólo ante el meta local, fue incapaz de batirle. Le siguió Momo con un centro sobre Bermejo que el ariete no remató.

Tampoco estuvo fino en el remate Moreno pasados los diez minutos. El valenciano tuvo dos ocasiones de perforar la meta del Tenerife. En la primera, una mala salida de Aragoneses no pudo remacharla con precisión, y en la segunda, un córner botado por Abel lo cabeceó a la derecha del arquero  ante el estupor de la grada.

En el minuto 61, Momo puso el nudo en la garganta a la apasionada parroquia local. El canario le pegó con intención dentro del área pero su disparo lo atajó en dos tiempos Aragoneses.

Viendo que el gol no llegaba Esteban sacó a toda su artillería. Los aficionados se encomendaban a Antoñito. El sevillano tardó en entrar aunque dio otro empaque al ataque. El goleador pudo empatar a falta de un cuarto de hora tras recibir un pase medido de Mendoza que no supo definir ante Aragoneses. Con el Xerez volcado, el Tenerife esperaba su contra definitiva. Ángel la tuvo en el 84 pero falló a puerta vacía. No fallaría minutos más tarde Nino, quien hizo de ratonero al interceptar un pase de Abel y fusilar por bajo a Chema. Era el 2-0. Otra semana más.