Jerezano de pura cepa y criado en el popular barrio de El Chicle, Mendoza no necesitaba grandes números para entrar a formar parte de la historia del Xerez y convertirse en un jugador de leyenda. Su trayectoria y lo que siempre ha significado para el club dentro y fuera del campo ya habían hecho de él a un futbolista diferente.
Ayer, su afición, su estadio y su gente le brindaron el tributo que merecía tras convertirse con 413 partidos en el futbolista que más veces ha lucido la camiseta de 'su' Xerez. Consejo de administración, Fundación, Federación y Agrupación de Peñas y veteranos del Deportivo se unieron al acto y le premiaron con distintos regalos, todos alusivos a su dilatada carrera como xerecista, junto a su mujer Isa y a sus dos hijos, Carmen y Jesús.
Durante el encuentro, el capitán fue de los más aclamados y Chapín se fue arriba cuando en dos oportunidades probó fortuna de cara a gol. Pero no pudo ser. Su equipo cayó en un encuentro tan especial y la tarta que le entregó el Kolectivo Sur al final no le supo tan dulce como hubiese deseado.
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