En una categoría como la Liga Adelante nadie se puede fiar del penúltimo clasificado, por más que sólo haya ganado dos partidos hasta el momento. El Huesca es un equipo que se ha acostumbrado a vivir en el fútbol profesional y ahora está viéndole las orejas al lobo. Ya no tiene a Rubén Castro y está lejos del nivel competitivo de años anteriores.

Todo eso ha hecho que haya sido despedido un entrenador (Ángel Royo) y que su sucesor, Quique Hernández, haya hecho todo tipo de cambios para conseguir que el proyecto no se vaya a pique. El Huesca que va a llegar a Chapín tiene poco que ver con el concepto que instauró a su llegada. Tras pasar ocho jornadas sin ganar, ha tenido que claudicar y hacer caso de la petición popular de ser algo más atrevido en sus planteamientos. Por eso hoy se puede ver un rival que no llegará para encerrarse, precisamente.

sin balón

En los primeros partidos de la temporada, con Ángel Royo, el Huesca era un equipo que buscaba la portería del rival y que no hacía demasiado hincapié en cubrirse las espaldas. Sin embargo, Quique Hernández ha hecho que haya muchos jugadores por detrás del balón, no ha tenido el menor pudor en poner cinco defensas en muchas ocasiones y su primera decisión fue blindar el equipo en busca de sacar mejores resultados.

En cualquier caso, aunque con el paso de las jornadas el Huesca haya dejado de ser un conjunto eminentemente defensivo, tampoco se puede esperar un contrincante que asuma demasiados riesgos. No presionará demasiado arriba para no descubrirse las espaldas e intentará no defender metida en su área.

con balón

La opción de jugar con un futbolista por delante de la defensa y una línea de cuatro le ha dado al equipo oscense la posibilidad de no apostar siempre por el juego directo. Ahora puede elaborar algo más el juego y, de hecho, el propio Hernández ha señalado esta semana que tiene como objetivo quitarle la pelota al Xerez para hacerle daño.

De todas formas, juegue Roberto o Tariq, al ser dos delanteros de referencia, el equipo tendrá la tentación de jugar en largo en busca de los rechaces y de lo que puedan conseguir estos delanteros, capaces de sacar petróleo de cualquier servicio medianamente bueno.

lo mejor

A pesar de estar tan mal clasificado, no se puede decir que el Huesca sea peor equipo que la mayoría de los que han pasado por Chapín. Cuenta con jugadores expertos en todas sus líneas y es capaz de hacer daño con gente que entra desde la segunda línea, como Camacho. Además, dispone de delanteros con mucho peligro y a los que se les suele dar bien el Xerez, como sucede en el caso de Roberto.

lo peor

El cuadro aragonés se ha ido empobreciendo en el apartado de la calidad en los últimos años y ahora le cuesta imponerse a sus rivales cuando se trata de jugar. Además, atraviesa una dinámica muy negativa desde el inicio de la temporada y echa de menos la aportación de jugadores básicos, como Gilvan. Tiene muchos veteranos y eso también es un hándicap a la hora de revertir una situación complicada.