El Xerez está en venta. Eso, al menos, se desprende de las conversaciones que viene manteniendo en los últimos días Joaquín Morales con varios empresarios que le han mostrado su intención de adquirir el paquete mayoritario. El pasado viernes, sin ir más lejos, estuvieron presentes en el palco de Chapín viendo el Xerez-Barcelona B representantes de un grupo estadounidense que está muy interesado en conseguir el control del club azulino.

Las personas que han estado en Jerez estos días y que han mantenido contactos telefónicos con Joaquín Morales son intermediarios de la operación. Un agente brasileño de jugadores, el ex jugador brasileño Bismarck y el abogado sevillano Gonzalo Escacena, entre otros, dan la cara por el momento en un proyecto en el que está por detrás un conocido empresario estadounidense, que se mueve en el mundo de las finanzas. Según fuentes de la operación, nada que ver con el patrimonio y con las posibilidades de Federico Souza.

Son varios los clubes que están siendo valorados por este grupo, no sólo el Xerez. El Cádiz y el Cacereño también han sido estudiados, aunque la situación privilegiada del club jerezano, por estar en la Liga Adelante y por su momento actual, le da ventaja.

Morales ha pedido entre tres y cuatro millones por sus acciones y ya se han informado los norteamericanos de que la deuda pendiente con organismos como Hacienda o la Seguridad Social se puede aplazar por un periodo de tiempo que permitirá ser afrontada con los recursos que vaya generando el propio club. Además, el empresario nazareno ha hecho saber a los brasileños desplazados hasta España que está muy quemado por el trato que recibe de la afición del Xerez y que desea vender lo antes posible.

Morales dejó claro a los emisarios que está negociando a la vez con otros interesados y no se fijó ningún compromiso, pero en las próximas semanas se mantendrán los contactos y la idea del supuesto comprador es firmar un contrato de intenciones a lo largo del mes de marzo, cuando está previsto su próximo viaje a España, en el que ya se establezca un acuerdo de confidencialidad y el esqueleto principal del contrato de venta.

Por el momento, los estadounidenses no han pedido al club ningún informe oficial del estado de las cuentas, pero han conseguido información exterior y consideran que la Ley Concursal va a retardar la operación, pero que a medio plazo es el mejor aliado para conocer exactamente el estado real del club.

El pasado viernes se llevaron una grata impresión tanto por la imagen ofrecida por el equipo como por la masa social que arrastra el club azulino, aunque después se valoran otros aspectos como el patrimonio a nivel de instalaciones y las posibilidades de crecimiento a todos los niveles. Al ser un grupo que se dedica a los temas económicos, hará un estudio de la rentabilidad que puede ofrecer el club, según el dinero que hay que invertir y los gastos que se calculan por diferentes conceptos.

En cualquier caso, se puede afirmar que se trata de una empresa solvente en el plano financiero, pero que llegaría ofreciendo un proyecto realista y sin vender humo. Nada de plantear ideas faraónicas ni pensar en traer entrenadores sólo con nombre o que no sean conocedores del fútbol español. Ya hay un grupo de asesores trazando las líneas maestras para el club por el que se decidan finalmente. Se invertiría una buena cantidad inicial en reforzar la plantilla y, sobre todo, sería un proyecto que no pasa por el posible ascenso del equipo y que se caracterizaría por la transparencia, algo que no sobró en la etapa de Souza al frente del club.

Es sólo una de las opciones que está manejando Joaquín Morales, pero va muy en serio. En las próximas semanas habrá novedades al respecto y se sabrá si las dos partes llegan a un punto de entendimiento. Todavía no hay oficialmente un nuevo presidente y ya hay movimientos para que, más pronto que tarde, el club vuelva a cambiar de manos.