Xerez-Hércules

Ellos sí saben y contestan (2-1)

  • Golpe de autoridad Los azulinos realizan un partido completo y superan a uno de los aspirantes al ascenso que defrauda en Chapín Notable Los tres puntos dejan al Deportivo a cinco del descenso

Ellos sí que saben y contestaron sobre el terreno de juego. El sábado antes del encuentro, los cuatro capitanes del Xerez ofrecieron una rueda de prensa conjunta para dejar claro que la plantilla y el cuerpo técnico se desmarcaban del tema institucional y que lo suyo era sólo y exclusivamente el plano deportivo. 

Pidieron el apoyo incondicional de la afición, lo obtuvieron y el resto corrió de su cuenta. Realizaron un encuentro completo, no vistoso porque no hubo demasiado fútbol pero sí tremendamente trabajado y serio. El Deportivo dio toda una lección al Hércules, uno de los serios aspirantes al ascenso, que en Chapín no demostró nada del otro mundo, en parte porque lo basó todo en las jugadas a balón parado y en parte porque el cuadro de Vicente Moreno se lo impidió en todo momento con su buena colocación y su excelente trabajo.

Los azulinos ganaron con todo merecimiento por 2-1 y el marcador no fue más abultado porque en los últimos minutos el cansancio hizo mella en unos futbolistas que se vaciaron y que lo dieron todo desde el minuto uno hasta el noventa y tres. 

Los últimos instantes fueron un poco angustiosos porque el Hércules lo intentó con todo y lanzó varios saques de esquina seguidos y a los xerecistas les volvió a faltar esa maldad necesaria para matar los partidos. De todos modos, con el ex capitán en el banquillo ya más de uno va tomando nota de cómo hay que jugar cuando el marcador está en contra aún sin fuerzas para aguantar.

Jesús Gómez, que por cierto demostró muy poco tacto al colarse en el estadio mientras se guardaba un minuto de silencio por un xerecista tan ilustre como Felipe Benicio, ya sabe cómo juega este Xerez, de lo que es capaz y de lo que significa para la afición. Se tendrá que poner las pilas y demostrar el camino andando si no quiere verse obligado a coger la misma ruta que en su día tuvieron que agarrar algunos de sus antecesores en el cargo.

El Deportivo sumó tres puntos vitales en su lucha por escapar de la zona de peligro y ya se coloca a cinco puntitos de los puestos de descenso, todo un logro si se tiene en cuenta el rival.

Vicente Moreno tenía bajas pero no se saltó el guión previsto en su once y aplicó una lógica aplastante, la misma que utilizaba cuando jugaba.  Robusté entró por Gerard, lesionado, Campano actuó de lateral derecho, Cámara se marchó a la izquierda y Cordero, Israel y José Mari también salieron de inicio.

Con esos argumentos, Capi cogió la batuta y el trabajo descomunal de Rueda y Cordero parecía suficiente para cortar las alas de un Hércules en el que Mandiá ha impuesto su sello, aunque ha propiciado un equipo sin brillantez y sin demasiados argumentos fuera de los que le proporciona la calidad de alguno de sus futbolistas y las acciones a balón parado. 

El conjunto azulino salió a por todas y, a base de ganas y de meterle intensidad al juego más que vistosidad, se adelantó en el marcador a los 13 minutos con un golazo de Cordero por toda la escuadra desde la frontal del área. 

Pero el Hércules tuvo la fortuna de empatar muy pronto en una acción a balón parado, como no podía ser de otro modo. El siempre oportunista Urko Vera peinó una falta lateral lanzada por Carlos Calvo cuatro minutos después tras un fallo en la marca.

El cuadro xerecista daba la sensación de más poderío que su rival, aunque no terminaba de rematar la faena para desesperación de una grada entregada y ansiosa de celebrar más goles.

Con un derroche de voluntad tremenda, el Deportivo se volvió a adelantar en el marcador en el minuto 36 con un buen tanto de Israel, que lo celebró marcándose unas bulerías. Capi fue otra vez protagonista de la jugada.

En la segunda mitad, Mandiá sabía que estaba obligado a arriesgar si no quería volver de vacío, puso en liza a todo su arsenal ofensivo. Primero fue Felipe Sanchón pero a ese cambio le siguieron los de Aganzo y Tote. De nada le sirvió su apuesta porque su equipo siguió espeso y gris frente a un rival que también tuvo que mover ficha ante el cansancio de los jugadores.

En la segunda mitad no hubo goles pero no faltaron ocasiones ni emoción. Israel tuvo la puntilla en el minuto 51. Se plantó solo ante Falcón  pero se precipitó y el meta gaditano le ganó la partida en el mano a mano despejando el balón de rodillas.

Luego, un disparo de Íñigo que se marchó fuera y otra buena oportunidad de Tato ante un Hércules que terminó apretando y también con nueve por las expulsiones de Sergio en el minuto 78 y de Diego Rivas ya con el tiempo cumplido.

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