Xerez CD

Otra vez a medio camino

  • El Deportivo arranca un punto en Castalia en un partido intenso que debió ser sentenciado en la primera mitad pero que acabó empatando ‘in extremis’ gracias a dos goles de un gran Antoñito

Un punto en Castalia viendo como se las gasta la afición orellut y su equipo no es ni mucho menos un mal bagaje. Sin embargo, analizando cómo se desarrolló el encuentro se puede tener la sensación de que el Deportivo se dejó en tierras castellonenses dos puntos de oro. Lamentablemente para los azulinos esta temporada, (no es la primera vez que los de Esteban pasan por el mismo trago, pero como ya ocurriera en anteriores envites, caso de Vallecas, Rico Pérez de Alicante o Anoeta), el Xerez se marcha con el resquemor de haber podido ganar.

Y es que sobre todo en el primer periodo, los xerecistas pudieron haber dejado sentenciado el encuentro, pero una vez más, al equipo le faltó definir en momentos puntuales y acabar con un rival que en muchas fases del partido fue desarbolado por los de Vigo, principalmente por banda derecha y gracias al tándem Francis-Pedro Ríos.

El Castellón, un equipo que depende en exceso de la inspiración de Mario Rosas, salió con bríos. Cuando el malagueño coge el balón todo puede pasar y de sus botas salen los mejores servicios para sus delanteros, ya sea al espacio, con la velocidad de Arana y Nsue o para que Ulloa reciba de espaldas o inicie la segunda jugada de cabeza, una de las principales armas del Castellón. Tal fue la intensidad local que a los cincuenta segundos Uranga pudo hacer el uno a cero tras un centro de Nsue, pero su disparo lo despejó a córner Silva en un buen movimiento defensivo.

Poco a poco el Xerez fue tomando el mediocampo y durante al menos veinticinco minutos tuvo a su merced al rival. Con Antoñito de protagonista, pues fue el autor del primer gol pero pudo haber conseguido hasta dos más con claras ocasiones de gol en disparos francos ante Oliva, los de Esteban eran una pesadilla, sobre todo en banda derecha, con un Pedro Ríos sensacional. Precisamente de esa banda, aunque de botas de Francis salió el primer gol. El barbateño galopó hasta la frontal, hizo la pared con Bermejo y su centro fue rematado en el segundo palo por Antoñito.

Con ventaja en el marcador, el Xerez siguió parapetado atrás, gracias a las ayudas en defensa de Bergantiños (aunque también en ataque) y el gran papel de Moreno y Silva.

La clave estuvo de nuevo en Antoñito, con una acción personal en el 38 que desperdició en el mano a mano con Oliva, quizás por su excesivo egoísmo, ya que tenía a Pedro Ríos desmarcado a la derecha.

En los últimos minutos, y con la afición apretando de lo lindo al colegiado (vaya arbitraje lamentable el del canario), el Castellón puso cerco al marco de Chema, casi siempre con balones colgados a Ulloa. Al Xerez le duraba poco el balón y su rival embestía una y otra vez, casi siempre por medio de Arana y Rafita en la diestra. Cuando pasaba un minuto del tiempo, el propio Ulloa empataba al aprovechar un remate de Mora al que Chema respondió pero cuyo rechace remachó el argentino.

La segunda mitad se inició como la primera, es decir, con un equipo local enchufado desde el primer momento. A los cinco minutos Afonso Suárez señaló penalti por manos de Silva. Sin embargo, apareció la figura de Chema, muy centrado todo el día de ayer. El alicantino adivinó el lanzamiento a Mario Rosas con una gran parada.

El penalti no frenó el ímpetu local, que minutos más tarde dieron la vuelta al partido. Lo hizo nuevamente a balón parado, con un remate de Uranga dentro del área pequeña tras cabecear previamente Dealbert. El Xerez veía como un partido para haber goleado en la primera mitad se le ponía cuesta arriba.

Con el 2-1, el Deportivo recuperó la posesión y pese a no tener continuidad en su juego, esta vez sí definió ante el marco rival. Viqueira se inventó un pase de categoría y Antoñito, en el uno contra uno con Oliva, no falló.

El gol destrozó al Castellón que casi no tenía ya fuerzas para reaccionar. El partido había sido intenso y el empate le había noqueado. Dos faltas en la frontal pudieron haber sido claves, pero ni Viqueira ni Bermejo acertaron, como tampoco acertó el auxiliar con un pase en profundidad al propio Bermejo que lo dejaba solo pero que sancionó con fuera de juego. Al igual que ocurriera con el Girona en Chapín la pasada semana, a los azulinos les faltó algo más de tiempo para dar la vuelta al partido frente a un equipo local que pedía imperiosamente la hora.

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