Vejer Balompié - Xerez Deportivo FC

Buena cosecha en La Bodega (0-2)

  • Con más oficio que brillantez, el equipo de Orúe suma su octava victoria seguida Marcan Borja Perea y Guille.

En un partido frío -como la mañana- y con poco ritmo por el mal estado del césped, el Xerez Deportivo FC añadió una muesca más en su haber sumando con más oficio que brillantez su octava victoria consecutiva ante un Vejer Balompié que hizo lo que pudo pero que recibió dos mazazos al inicio de cada período: el derechazo de Borja Perea que encarrilaba el marcador en la primera mitad y la expulsión de Perlán por doble amonestación en la segunda. Como no estaba la mañana para florituras, el equipo de Orúe tiró de manual para esconder el balón, mantener posesiones largas y dejar pasar los minutos, sin forzar la máquina arriba y, sobre todo, sin pasar apuros atrás. Una victoria más, una jornada menos.

Que los adversarios tienen estudiado al Xerez DFC no es nuevo y ayer volvió a comprobarse: vigilancia a Romerito para tapar las diagonales, acumulación de hombres para impedir la circulación entre Lolo Garrido, Copero y Orihuela y cuidado con los extremos fueron las armas que utilizó el Vejer Balompié durante todo el partido, que trató de adelantar la defensa para reducir espacios a los centrocampistas azulinos.

Pero con lo que no contaba seguramente el equipo rojillo es que los visitantes se adelantaran en su primera llegada: Perlán vio su primera amarilla por una durísima entrada a Biri en la primera internada del extremo jerezano y de la falta lateral llegó el 0-1. La defensa vejeriega no acertó a despejar, los atacantes jerezanos no lograron rematar y tras un par de rechaces el balón quedó franco para Borja Perea, que enganchó un derechazo imparable para Yefrey.

El guión del partido no cambió con el gol: el Xerez DFC fue infranqueable atrás, con un Romerito sobrado al cruce y con un imán para rebañar cualquier balón suelto o rechace: Lolo Garrido fue el mejor apoyo de sus compañeros, ofreciéndose siempre en corto para buscar las bandas o tratar de combinar con Copero y Orihuela en la sala de máquinas. En las bandas, Rosillo y Biri trataban de salir en velocidad y arriba Guille bajaba a descargar y se llevó más de un recado de los centrales rojillos.

Para el cuadro azulino dio la impresión que más que el Vejer, su principal enemigo fue el césped, muy irregular: resbaladizo en algunos tramos y con desigual hierba, el balón hacía extraños, lo que complica jugar al primer toque y dificulta la circulación rápida del balón, una de las virtudes del equipo de Orúe. Así, fue complicado poner en juego a los extremos y el balón no salía de la parcela ancha porque, con el marcador a favor muy pronto, el Xerez DFC trató de circular de banda a banda antes que rifarlo arriba, moviendo al Vejer de lado a lado tratando de abrir huecos.

Pero el Balompié, también sin alardes, se defendió con orden y con contundencia, a veces excesiva, lo que le costó hasta ocho tarjetas de un Herrera Ruiz que puso alto el listón desde el primer momento, como prueban las cuatro amarillas que vieron los azulinos en la primera mitad. Al desafortunado arbitraje -acumuló errores, alguno que pareció de consideración desde la grada- se une que el trencilla es de la misma localidad que el próximo rival del Xerez DFC, con lo que se abonaba el terreno de las suspicacias...

La amarilla a Copero por agarrón acabó en un centro al que Pareja no llegó a dos metros de Edu Villegas, que solo tuvo que intervenir luego pasada la media hora, en un disparo raso y flojo que se iba fuera. Entre ambas jugadas, el cuadro azulino manejó la pelota pero sin ritmo ni profundidad en la mayoría de jugadas. Claro que la cosa pudo ser distinta de no señalarse un fuera de juego inexistente de Guille -no intervenía en la jugada- cuando Biri se colaba solo, decisión del colegiado que se unía a una discutible falta en ataque de Rosillo que provocó que la afición jerezana comenzara a tomarla con el árbitro y su flequillo.

La afición vejeriega celebraba un córner a favor y poco más: el Xerez DFC movía de izquierda a derecha, apoyándose en el trivote que formaban Lolo Garrido, Copero y Orihuela, que se bastaban para hacer correr detrás del balón a los rojillos, que entraban con todo y a veces llegaban al balón y otras veces los azulinos se llevaban la peor parte.

Una de estas faltas, rápidamente sacada en profundidad, dejó a Juan Rosillo mano a mano con Jefry, al que amagó a la izquierda tocando suavemente a la derecha el balón, que salió rozando el poste. De ahí al descanso, control azulino y desgaste rojillo sin más ocasiones de gol.

En la segunda mitad el Xerez DFC contemporizó aún más, conservando el balón y tratando de evitar tarjetas en la ruleta rusa de Herrera Ruiz, lo que consiguió. Menos suerte tuvo el Vejer, que al mantener la intensidad en defensa jugó con fuego y Perlán se quemó al agarrar por detrás a Padilla, viendo la segunda amarilla. Hasta entonces, el equipo local había tratado de adelantar algo sus líneas, lo que provocó una diagonal en la que Rosillo no empalmó bien el envío. Antes, Orúe había reservado a Biri, dando entrada a Juanma Reyes en el lateral diestro y adelantando a Padilla al interior, y el árbitro no apreció un penalti a Guille que desde la grada pareció claro.

Como en el 0-1, la falta de la amarilla (segunda) a Perlán acabó en ocasión clara, de nuevo para Borja Perea, que en el segundo palo cabeceó pero sin ajustar bien el remate. En inferioridad numérica, el Vejer quitó a un centrocampista -Conesa- para recomponer la zaga, entrando José Ramón al lateral izquierdo y pasando Guerra al eje de la zaga. Los rojillos persistían en su presión, pero ya no tan persistente y cuando adelantaban líneas el Xerez DFC encontraba huecos. Una circulación de derecha a izquierda acabó con pase atrás, del libro de estilo de Orúe, que engatilló Lolo Garrido y al que respondía Yefrey con un paradón, anulando el árbitro el gol de Pedro Herrera tras el rechace por fuera de juego. En otra de las circulaciones con rapidez, Copero arranca y se inventa un pase diagonal a Pedro Herrera, que deja pasar el balón para que Guille, que entraba libre de marca por la izquierda, ajuste al palo derecho.

Con 0-2, el Vejer es un quiero y no puedo y cada vez que trata de salir al ataque, el cuadro azulino afila el colmillo oteando el contragolpe. Padilla y Joselito -juvenil que se estrena esta temporada- abren el campo y Guille puede remachar, pero primero deja pasar el balón sin que llegase de segunda línea un compañero y luego un defensa se le anticipa.

El partido acaba con el equipo azulino tocando y tocando y el rojillo corriendo y corriendo: victoria justa de un Xerez DFC que fue más efectivo que brillante ante un Vejer Balompié que se empleó a fondo y acabó desfondado. Y el domingo, a Ubrique...

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