Gane o pierda, no tiene el Sevilla una semana tranquila y José María del Nido sabe perfectamente que eso no es una ayuda en finales como la que tiene el equipo de Manolo Jiménez mañana en el Sánchez-Pizjuán. Ha visto el presidente nervionense cómo la afición no sólo critica los métodos del entrenador, sino que también le pita al equipo y la toma con algunos futbolistas, con los medios centro Maresca y Romaric en el ojo del huracán. Además, ha atisbado cierta salida de tono en el vestuario con las declaraciones del centrocampista italiano con aquello de pensar en las virtudes del rival. Por eso -y también porque acostumbra a pedir el apoyo de los suyos en citas de enjundia como la visita del Valencia- Del Nido apareció ayer para poner los puntos sobre las íes, dar un puñetazo en la mesa y quitarle de la cabeza al que sea acudir al campo predispuesto a no sumar.

"En el sevillismo no hay debates acerca de nada que no sea ganarle al Valencia. La afición es consciente de lo mucho que se juega el equipo y lo mucho que supondría el pase a semifinales, que sería la tercera en las seis últimas temporadas. Hay que poner nuestro granito de arena y el granito de arena es el empuje, el aliento y el ánimo que necesitan los jugadores. Nos va a costar trabajo porque el rival es dificilísimo, pero lo vamos a conseguir", manifestó el máximo dirigente de la entidad, quien insiste en que la tranquilidad debe reinar para pasar la eliminatoria. Por ello, no quiere ni oír hablar de lo que ha acarreado la rueda de prensa de Maresca. "En este momento es necesario no distraernos ni distraer al plantel con nada que no sea el partido del Valencia", precisó un Del Nido que protagonizó un velado tirón de orejas a Maresca por sacar a la luz pública aspectos internos que "se quedan en el vestuario, que es de donde nunca debieron salir".

El presidente espera una gran entrada mañana en lo que calificó como "uno de los grandes acontecimientos deportivos de la temporada", para lo que pidió el apoyo masivo de la afición para eliminar al Valencia. "Es clave contar con el calor, el apoyo y el empuje de la afición, porque una parte muy importante del encuentro ya está jugado de ese modo. Es verdad que el Valencia viene con ventaja, pero también es verdad que los últimos 90 minutos se disputan aquí y que eso es una garantía para que los jugadores sepan que van a tener el aliento incondicional de todo el campo durante el partido. Vamos a estar ante uno de los rivales más fuertes que quedan en la competición, pero el Sevilla, jugando con ganas, ilusión y haciendo el fútbol que hizo en Mestalla, creo que puede pasar", terminó el presidente sevillista.