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Las bandas toman el relevo de la medular

  • El Sevilla derriba el muro del Valencia por la constante percusión de Jesús Navas y Capel, ayudados por los laterales y Kanoute

El Sevilla se coló en las semifinales de la Copa a balón parado. Quién lo iba a decir de un equipo al que se le acusa de encajar muchos goles así, como el 0-1, y de no aprovechar las suyas. Los dos goles llegaron así, si bien es cierto que pudo marcar en juego, a poco que Luis Fabiano hubiese estado más acertado, en varias de las ocasiones en las que el Sevilla descerrejó la red que tejió en la medular el Valencia, que pobló el centro del campo asfixiando la creación sevillista. Pero el conjunto de Manolo Jiménez se rebeló contra esta realidad. En la primera mitad, gracias a la movilidad de Luis Fabiano y Kanoute, que se salieron de su zona. Y en la segunda, por la percusión constante de Jesús Navas y Diego Capel, escoltados por los laterales y los movimientos de Kanoute o Renato.

Defensa

Las mayores dudas llegaron por los errores en los controles de Mosquera ante la presión valencianista. Perdió un par de balones en su zona que crearon incertidumbre. La defensa sevillista intentó adelantar su línea, aunque la velocidad y el dinamismo de los mediapuntas valencianistas le crearon muchos problemas en la primera mitad. Tras el descanso, ya con el Sevilla desbocado, Escudé hubo de salir a taparles las espaldas a Renato y Romaric, cuando Duscher ya había desalojado esa zona camino del vestuario. El marfileño estorbó bastante la creación del rival y los extremos eran los primeros que atosigaban para recuperar el balón pronto, algo que lograron cada vez más ante un rival que fue cediendo terreno ante el acoso del Sevilla.

Ataque

Hasta la media hora, la presión del Valencia evitó que Romaric consiguiera conectar con las bandas o con los dos arietes. Pero éstos asumieron la responsabilidad de romper la red tejida por Unai Emery saliendo de su sitio y desubicando a sus marcadores. Así llegó el zafarrancho que terminó con el descanso. Luego, el Valencia recuperó el pulso en la presión y aisló de nuevo a los creadores sevillistas. Ahí fue clave la contumaz convicción de Jesús Navas y Diego Capel en romper por los flancos.

Virtudes

La fe absoluta en llegar al objetivo del gol y el compromiso de todos.

Talón de aquiles

Entró frío y defendió mal otra jugada a balón parado con los arietes.

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