SE acaba de celebrar el Día Nacional de la Esclerosis Múltiple. Gracias a los continuos avances en el tratamiento de diversas enfermedades, cada vez los pacientes que se ven menos afectados y más capaces de llevar una vida normal o con menos limitaciones.

Es el caso de la Esclerosis Múltiple, una enfermedad que, según datos de la Sociedad Española de Neurología, afecta a unas 46.000 personas en España y que sigue siendo la segunda causa de discapacidad, tras los accidentes de tráfico, en adultos jóvenes.

Cada año se detectan unos 1.800 nuevos casos de Esclerosis Múltiple, que suele iniciarse entre los 20 y los 45 años de edad y que, por causas que aún se desconocen es más frecuente en mujeres que en hombres.

La enfermedad puede debutar y cursar con síntomas diferentes, según las localizaciones de las placas. Entre los primeros síntomas de la enfermedad destacan la alteración de la sensibilidad, la alteración de la marcha y los trastornos visuales (estudios detallados han descubierto alteraciones del campo visual en más de la mitad de los pacientes sin antecedentes de neuritis óptica), pero también aparecen problemas de memoria y concentración, pérdida de fuerza y alteraciones urinarias.

El curso puede ser en brotes, con remisión parcial o completa (forma recidivante-remitente), o progresivo (forma primariamente progresiva). Hay personas que permanecen prácticamente asintomáticas tras largos años de evolución y hay otras con brotes frecuentes, o deterioro progresivo marcado o incluso, con curso fulminante.

El estrecho seguimiento del paciente, el cumplimiento estricto del mismo y la aparición de nuevos tratamientos resulta imprescindible, pues aun a día de hoy en un 40% de los casos, con el tiempo de evolución, la enfermedad seguirá progresando tras un período inicial prolongado de recaídas y remisiones.

Hablé con varios especialistas en neurología y el doctor Ventura Anciones, del Hospital La Zarzuela, me contó que la mayor evolución la notamos ya a día de hoy con los nuevos fármacos de administración más cómoda, por vía oral, y de igual eficacia que otros tratamientos sin necesidad del consabido pinchazo. Por otro lado, en la investigación de nuevos fármacos inmunomoduladores y anticuerpos monoclonales, ya en fase muy avanzada, que se espera que sean altamente eficaces en el futuro. Se prevé que sean no solo de mayor eficacia, me dijo, reduciendo número de brotes en frecuencia e intensidad con resultados individualizados, sino de menor agresividad para el paciente.

El doctor Ventura Anciones también me explicó que se han intentado en determinadas formas progresivas de Esclerosis Múltiple -las más graves y con menor eficacia de tratamiento hasta ahora-, implantes de células madre, infusión de inmunoglobulinas, plasmaféresis y radiación linfoide.

Sin duda, estamos ante un futuro esperanzador tanto para los pacientes que padecen esta enfermedad, como para todas las personas implicadas en la atención y el cuidado de estos enfermos. Seguro.