Literatura

Las cinco mejores novelas del recientemente desaparecido Paul Auster

Paul Auster.

Paul Auster.

La reciente muerte de Paul Auster ha dejado huérfanos de su talento a millones de seguidores en todo el mundo. El escritor neoyorkino falleció el 30 de abril en su casa de Brooklyn, en su habitación preferida, una gran biblioteca con libros desde el suelo hasta el techo, acompañado de su mujer, la también escritora Siri Hustvedt. Recientemente Auster había publicado en España su última novela, Baumgartner, editada por Seix Barral, y en la que un viejo profesor va recordando su vida. Podríamos decir que casi se trata de un testamento realizado de manera tranquila, consciente que la vida es algo que ocurre y la muerte es inevitable. Aunque en esta última obra intuimos algo del mejor Auster, sin duda tiene otras novelas más memorables. Les recomendamos estas cinco como la cúspide de su trabajo, aunque toda su carrera merece ser leída y releída.

El palacio de la luna El palacio de la luna

El palacio de la luna

El palacio de la luna

Uno de sus primeros y más rotundos éxitos fue El palacio de la luna, en la que ya se vislumbra que Nueva York o sus estudios en la Universidad de Columbia van a estar muy presentes en su obra. 

Marco Stanley Fogg (por Marco Polo, por el Stanley que encontró a Livingstone y por el Phileas Fogg de La vuelta al mundo en ochenta días) está a las puertas de la edad adulta cuando los astronautas ponen el pie en la Luna. Hijo de padre desconocido, muerta su madre cuando él tenía once años, Marco Stanley fue educado por su tío Víctor, un excéntrico que se ganaba la vida tocando el clarinete en orquestas de mala muerte. Ahora, en el comienzo de la era lunar, muerto su tío, Marco Stanley Fogg solo tiene dinero para sobrevivir unos pocos meses más. Gradualmente, pero sin pausa, va cayendo en la indigencia, la soledad y una suerte de tranquila locura de matices dostoievskianos, donde su vida se reduce a explorar los gozosos infiernos del despojamiento absoluto.

Vive ya como un animal en una cueva de Central Park, en un semidelirio provocado por el hambre, cuando la bella Kitty Wu lo rescata. Fogg se salva y decide, por primera vez en su vida, buscar un trabajo. El destino, y una compleja red de significantes en torno a la luna, lo lunar y la luz, le llevan a trabajar como lector y acompañante de Thomas Effing, un viejo pintor paralítico. Y escribiendo la biografía de Effing, que este quiere legar a Solomon Barber, el hijo al que nunca conoció, Marco Stanley Fogg descubrirá, en un viaje que le lleva desde el Palacio de la Luna, un restaurante chino de Nueva York, a los lunares paisajes del Oeste americano, los misterios de su propio origen, el nombre y la identidad de su padre.

El libro de las ilusiones. El libro de las ilusiones.

El libro de las ilusiones.

El libro de las ilusiones

Una de las novelas más completas y hermosas de Auster. De hecho, hay quien la considera la mejor obra de toda su trayectoria. 

David Zimmer, un escritor y profesor de literatura de Vermont, ya no es ni la sombra de sí mismo. Se pasa los días bebiendo y cavilando sobre el último instante en que su vida aún podría haber cambiado, el minuto aquel en que su mujer y sus hijos todavía no habían subido al avión que estalló. Hasta que una noche, mirando casi sin ver la televisión, y por primera vez tras seis meses de deambular en el vacío, algo le hace reír. El causante del ínfimo milagro es Hector Mann, uno de los últimos cómicos del cine mudo. Y David Zimmer descubre que aún no ha tocado fondo, que todavía quiere vivir.

Comenzará entonces su investigación para escribir un libro sobre Mann, un joven, brillante, enigmático cómico nacido en Argentina, una de cuyas últimas películas, Don Nadie, cuenta la historia de un hombre a quien un pérfido amigo convence de que beba una poción que lo hace desaparecer. Y anticipa la propia historia del actor, que hace sesenta años se desvaneció sin que jamás se supiera nada más de él, ni apareciera su cadáver. Zimmer consigue acabar su libro y lo publica, y tres meses después recibe una carta de una mujer que afirma ser la esposa de Hector Mann, y lo invita a que vaya a verlos a ella y a su marido a Tierra del Sueño, en Nuevo México. Zimmer le pide pruebas, piensa que puede ser una impostora, o una chiflada. Hasta que una noche, una extraña joven llama a su puerta y, amenazándolo con una pistola, le obliga a acompañarla...

La trilogía de Nueva York La trilogía de Nueva York

La trilogía de Nueva York

La trilogía de Nueva York

La trilogía de Nueva York, sin duda una de las obras literarias más memorables de los años ochenta, es uno de los cimientos sobre los que se sustenta el prestigio internacional de Paul Auster. El escritor maneja, manipula y reinventa el género policíaco, del que hace una relectura posmoderna con tintes metafísicos. La trama detectivesca sirve como marco para plantear al lector un fascinante juego de espejos, símbolos, guiños y sorpresas; para explorar un mundo extraño, sombrío y perturbador, poblado de personajes fascinantes y ambiguos. El autor entreteje tres historias independientes que forjan mitos contemporáneos. Con la incorporación de este libro a nuestro catálogo sentimos la inmensa satisfacción de poder ofrecer al lector la totalidad de la obra narrativa de Paul Auster, uno de los escritores imprescindibles de la actualidad.

Leviatán. Leviatán.

Leviatán.

Leviatán

Otra de sus novelas más emblemáticas, adictiva y brillante. Todo comienza con un muerto anónimo: en una carretera de Wisconsin, un día de 1990, a un hombre le estalla una bomba en la mano y vuela en mil pedazos. Pero alguien sabe quién era, y con el FBI pisándole los talones, Peter Aaron decide contar su historia, dar su versión de los hechos y del personaje, antes de que la historia y las mitologías oficiales establezcan para siempre sus falsedades o verdades a medias como la verdad.

Y así, Peter Aaron escribirá Leviatán, la biografía de Benjamin Sachs, el muerto, también escritor y objetor de conciencia encarcelado durante la guerra de Vietnam, desaparecido desde 1986, autor de una novela de juventud que le convirtió fugazmente en un escritor de culto, acaso un asesino, y angustiado agonista de un dilema contemporáneo: ¿Literatura o compromiso político? ¿Realidad o ficción?

Brooklyn Follies. Brooklyn Follies.

Brooklyn Follies.

Brooklyn Follies

En esta obra Auster casi juega con su destino, con ese cáncer que ha terminado por llevárselo. Porque el protagonista de la novela llega al barrio neoyorkino buscando un sitio tranquilo donde pasar sus últimos momentos de vida tras luchar contra un tumor pulmonar.

Nathan Glass ha sobrevivido a un cáncer de pulmón y a un divorcio después de treinta y tres años de matrimonio, y ha vuelto a Brooklyn, el lugar donde nació y pasó su infancia. Quiere vivir allí lo que le queda de su "ridícula vida". Hasta que enfermó era un próspero vendedor de seguros; ahora que ya no tiene que ganarse la vida, piensa escribir El libro de las locuras de los hombres. Contará todo lo que pasa a su alrededor, todo lo que le ocurre y lo que se le ocurre, y hasta algunas de las historias -caprichosas, disparatadas, verdaderas locuras- de personas que recuerda.

Comienza a frecuentar el bar del barrio, el muy austeriano Cosmic Diner, y está casi enamorado de la camarera, la casada e inalcanzable Marina. Y va también a la librería de segunda mano de Harry Brightman, un homosexual culto y contradictorio, que no es ni remotamente quien dice ser. Y allí, en la librería, se encuentra inesperadamente con Tom, su sobrino, el hijo de su amada hermana muerta, a quien hace años que no ve. El joven había sido un universitario brillante, la gran promesa de su promoción. Y ahora, solitario y con unos kilos de más, conduce un taxi, urde teorías sobre «el valor ontológico de la vida de un taxista», ayuda al misterioso Harry Brightman a clasificar sus libros, y está enamorado de la H. M. P., la Hermosa Madre Perfecta... Y poco a poco, inmerso en una fascinante red de personajes y descubrimientos, incorporado, en suma, de nuevo a la «espesa jungla de la vida», Nathan irá descubriendo que no ha venido a Brooklyn a morir, sino a vivir.

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