Sevilla

Sevilla recupera el Pabellón de Información de la Exposición de 1929

Así ha sido la recuperación del antiguo Pabellón de Información de la Exposición de 1929 / José Ángel García

Sevilla acaba de recuperar en toda su originalidad y esplendor el antiguo Pabellón de Información de la Exposición Iberoamericana de 1929. Situado a la entrada de la Avenida de Isabel la Católica, en el Parque de María Luisa, el que fue edificio de recepción de visitantes vuelve a lucir como en su mejor época gracias a la reforma integral del espacio y su entorno para su adecuación a un nuevo restaurante. Los autores del proyecto son los arquitectos Gonzalo Castro Fernández-Palacios y José Ramón Guerra del Moral, fundadores del estudio Ombú arquitectos, quienes han vinculado el antiguo pabellón al espacio de restauración mediante un gran comedor de cristal, un sótano para las instalaciones de servicios y una amplia terraza situada a la sombra por el frondoso parque que la envuelve.

Aspecto del antiguo pabellón de Información de la Exposición Iberoamericana de 1929. Aspecto del antiguo pabellón de Información de la Exposición Iberoamericana de 1929.

Aspecto del antiguo pabellón de Información de la Exposición Iberoamericana de 1929. / José Ángel García

La reciente finalización de las obras ya permite contemplar el que fuera Pabellón de Información como se concibió en su origen: una planta rectangular y simétrica con dos grandes huecos en sus extremos, un acceso porticado custodiado por dos torres cilíndricas, y cobijada por un gran voladizo en todo su perímetro. "La eliminación de todos los volúmenes añadidos que se habían incorporado durante el trascurso de los años de forma irregular y descontrolada, permite ahora redescubrir la morfología del edificio como gran voladizo que aportaba sombra y resguardaba a los visitantes a la vez que invita a reconocer la secuencia de acceso que se proyectó hará ahora cerca de 100 años", explica el arquitecto Gonzalo Castro Fernández-Palacios.

La gran terraza del nuevo restaurante. La gran terraza del nuevo restaurante.

La gran terraza del nuevo restaurante. / M. G.

Innovación y versatilidad en el diseño

El nuevo pabellón acristalado que albergara el salón comedor es el principal distintivo de este nuevo restaurante gestionado por el Grupo Abades y que se ha bautizado como El 29. Se resuelve en un planta rectangular y diáfana, con una envolvente acristalada y ligera que se integra armoniosamente en el entorno, apareciendo en un segundo plano, sin querer molestar ni interrumpir la percepción visual que lleva hasta el propio Parque de María Luisa o la Plaza de España.

"La actuación unifica los anteriores volúmenes dispersos en una sola pieza que rompe con la opacidad y el hermetismo de los mismos para resolver la permeabilidad y el carácter público del entorno. Un pabellón de cristal, translúcido y reflexivo que se nos presenta como nueva fachada en el interior del Parque de María Luisa", abunda el arquitecto.

El comedor con los grandes ventanales que miran que hacia el parque. El comedor con los grandes ventanales que miran que hacia el parque.

El comedor con los grandes ventanales que miran que hacia el parque. / M. G.

Esto se ha conseguido mediante una propuesta clara, sin excesos: una cobertura de cristal en todo su perímetro que refleja la frondosa vegetación del parque, el pabellón original y la propia portada de la Glorieta de San Diego. El nuevo pabellón permitirá su compartimentación en tres grandes espacios mediante paneles móviles para adaptarse a los requerimiento, usos y aforos que se necesiten, ofreciendo una oferta amplia y versátil a la ciudadanía.

Por otra parte, según subraya el arquitecto, para conseguir un volumen ligero se ha realizado un gran esfuerzo en trasladar todas las instalaciones, aseos y cocinas al sótano que es la huella del nuevo pabellón bajo la rasante, otro de los hitos de la intervención. El resto de instalaciones han quedado ocultas sobre cubierta respetando la identidad del lugar.

Vista del restaurante desde el Parque de María Luisa. Vista del restaurante desde el Parque de María Luisa.

Vista del restaurante desde el Parque de María Luisa. / M. G.

Sostenibilidad y confort ambiental

El espacio de la terraza se ha resuelto mediante un suelo continuo y drenante con espacios de tarima flotante a los pies de los dos grandes ficus microcarpa que existen en ambas esquinas de la portada de San Diego. De esta forma se protegen tanto las raíces y su crecimiento y se garantiza las necesidades hídricas de la vegetación.

"En general, se trata de un espacio sombreado en la mayoría de su superficie, con un microclima determinado, y unas condiciones ambientales que generan un gran confort higrométrico. Se ha realizado un estudio solar, para analizar la luz y la sombra de este espacio en distintas épocas del año y a distintas horas del día. Además, como ha sido analizado, la envolvente de vidrio del pabellón comedor, estará prácticamente completa en sombra en su fachada sur. Esto ha permitido llevar a cabo la propuesta de pabellón de cristal sin protecciones solares sustanciales garantizando la transparencia y ligereza del mismo. Se ha realizado un estudio de la arboleda y paisajístico para respetar, recuperar y mantener la identidad de las especies más singulares del espacio y las inmediaciones", resume el arquitecto Gonzalo Castro Fernández-Palacios.

El Pabellón de Información de 1929

El antiguo Pabellón de Información de la Exposición del 29. El antiguo Pabellón de Información de la Exposición del 29.

El antiguo Pabellón de Información de la Exposición del 29. / M. G.

El pabellón del 29, y que da nombre al nuevo restaurante, se erigió justo a la espalda de la portada de la Exposición Iberoamericana con la misión de proporcionar información a los visitantes de la muestra. Fue proyectado conjuntamente por José Granados de la Vega y Vicente Traver. En sus casi cien años ha sufrido varias reformas como consecuencia de sus cambios de uso.

La fisonomía actual y su antigüedad datan realmente de 1952 cuando fue arrendado a un industrial hostelero. En ese año, reconvierte en un edificio de bebidas conocido como Bar Ginebra, más tarde como Patio Andaluz y posteriormente en Bar La Raza, inspirado en el cercano monumento dedicado a Rubén Darío. Su primer comedor fue una caseta de feria, dada su cercanía al Prado de San Sebastián, recinto en el que se celebraba en aquellos años la Feria de Abril. Ya en 1955 se construyó la pérgola que aún existe y el restaurante interior, ampliando el bar pero manteniendo la barra dentro de los límites del antiguo Pabellón de informaciones, que se amplió y modernizó en 1964.

Los arquitectos José Ramón Guerra del Moral y Gonzalo Castro Fernández-Palacios. Los arquitectos José Ramón Guerra del Moral y Gonzalo Castro Fernández-Palacios.

Los arquitectos José Ramón Guerra del Moral y Gonzalo Castro Fernández-Palacios. / M. G.

Los autores del proyecto, son arquitectos Gonzalo Castro Fernández-Palacios y José Ramón Guerra del Moral fundadores del estudio Ombú arquitectos, han realizado actuaciones entre las que destacan las obras de urbanización para la integración puerto-ciudad en el puerto de Chipiona, Cádiz, la regeneración del entorno del Castillo Palacio de los Ribera Bornos (ambos primer premio por licitación Pública de la Junta de Andalucía); la obra de remodelación del entorno del monumento a Colón, en Huelva, promovido por la Autoridad Portuaria de Huelva, Puerto de Huelva; la rehabilitación de la casa del Bacalao, o La Casa SOL 110, premio Arquitectura y Sociedad del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla 2023. También destaca en su trayectoria profesional, la mejor propuesta técnica para el concurso de la Lonja de Puerto de Caleta de Vélez, Málaga, o la mejor propuesta técnica para la remodelación integral del Parador de Nerja en Málaga, que sin embargo no resultaron ser las ganadoras de sendos concursos; entre otros.

Abades logró la concesión de este espacio el pasado en mayo de 2022 tras ganar el concurso convocado al efecto. El grupo hostelero obtuvo la licitación del histórico negocio enclavado en el Parque de María Luisa por un canon anual de 610.999 euros y un periodo de 16 años. La adjudicación puso fin a un litigio entre el Ayuntamiento y La Raza que arrancó el verano de 2016 y terminó en los tribunales tras la decisión de los socialistas de extinguir los contratos de arrendamiento formalizados sobre bienes con anterioridad al 9 de mayo de 1985 conforme a la disposición transitoria tercera de la Ley de Arrendamientos Urbanos.

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