La alcaldesa de Ronda, María de la Paz Fernández, ha presentado las líneas generales del plan de movilidad para la ciudad que se llevará a la próximo comisión municipal de Urbanismo. Un documento que establece cómo debe ser la relación entre peatones y vehículos en la próxima década.

Una de las conclusiones más importantes es la necesidad de "calmar" al tráfico sobre el Puente Nuevo sobre el Tajo, un monumento que soporta en estos momentos el paso de unos 6.000 vehículos diarios y llega a tener picos con 7.000 coches. Eso sí, las medidas que se proponen estarían condicionadas a la construcción del vial alternativo que se está proyectando y a cuya primera propuesta pusieron modificaciones desde la delegación territorial de Cultura. Además, aseguró que no se plantea la restricción total del tráfico sobre este punto, una medida que Fernández considera que ya se demostró que no viable con el anterior Gobierno municipal.

En concreto, una vez construida esta nueva vía se restringiría la circulación a un solo sentido en dirección sur, una medida que prevé una reducción a tan solo 800 vehículos diarios. Además, se podría ganar espacio para los peatones. Curiosamente, en la actualidad este eje cuenta con una señalización que concede prioridad a los peatones que pueden ocupar la calzada, aunque pocos son los conductores que lo respetan y muchos los que recurren al claxon para recriminar su presencia en la calzada.

Otra de las medidas previstas es la ampliación de las zonas peatonales en el centro de la ciudad, aunque esta medida también está condicionada a la construcción de los aparcamientos de la Concepción y del Barrio de San Francisco.  Será entonces también el momento de introducir zonas azules que serán de carácter gratuito para los residentes de esta zona de la ciudad.

La alcaldesa insistió en la necesidad de impulsar todas estas medidas que se irán dando a conocer con mayor detalle en los próximos días, aunque recalcó la necesidad de contar con alternativas antes de aplicar ninguna de ellas.

Fernández destacó la importante participación ciudadana que se produjo para la elaboración de este estudio por parte del equipo técnico que se encargó de confeccionar el futuro de la ciudad con el objetivo de cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 que se impulsa desde Europa para favorecer la sostenibilidad.