Hace aproximadamente cinco meses que salta a la vista un estado excepcionalmente anormal de las aguas de la desembocadura del río Guadalquivir. Las no pocas personas que pasean con frecuencia por las playas de Sanlúcar lo están comprobando diariamente, por no hablar de pescadores y demás ciudadanos que ejercen una actividad más o menos directa en las mismas. Pero sobre este problema las administraciones guardan silencio.

A finales de febrero, el PA, junto a marineros y aficionados a la pesca deportiva, puso la voz de alarma al denunciar públicamente la "suciedad" de las aguas y una "disminución importante" de las capturas de pescados -"el río está muerto"-, además de advertir de la repercusión negativa que puede tener esta "situación sin precedentes" en la actividad turística estival del municipio.

Preguntado en una reunión del Pleno del Ayuntamiento, el Gobierno PSOE-Ciudadanos Independientes de Sanlúcar (CISanlúcar) comunicó que Costas, la Junta de Andalucía y la Autoridad Portuaria de Sevilla respondieron al Consistorio que no tenían "constancia" de problema alguno, si bien trabajarían para "corroborar" su existencia o no. De hecho, anunció que la Administración autonómica realizaría análisis de aguas "cada 15 ó 20 días" desde este mismo mes hasta el final de la temporada veraniega de baño. Lo cierto es que ni la Junta ni ninguna otra institución supramunicipal se ha pronunciado sobre el origen de este fenómeno y las medidas para abordarlo.

Semanas después, el PP se sumó a las quejas por el "color nada normal" de las aguas demandando información oficial y la "depuración de responsabilidades si por parte de la Junta se está permitiendo algún tipo de vertidos o se está dragando". Más recientemente, Ecologistas en Acción ha manifestado su "preocupación" por "la alta cantidad de sedimentos en suspensión que está poniendo en grave peligro las reservas de pesca del estuario del Guadalquivir". Piden explicaciones ante tantos meses de silencio institucional sobre la problemática.