Terapias naturales · Ciencia y medicina alternativa

El alcance de la homeopatía

  • Más de 100.000 médicos la prescriben con frecuencia a 300 millones de pacientes en 80 países. En Andalucía la conoce el 53%, y el 26% la ha utilizado alguna vez.

Philippe Marijnen, director médico de Laboratorios Boiron Francia, remarca que "no hay incompatibilidad" entre la medicina convencional y la homeopatía, que describe como un método terapéutico que emplea medicinas con muy baja concentración para tratar una serie de enfermedades. Él mismo se considera "un médico mixto", ya que "nunca ha dejado de utilizar la alopatía" -fármacos con actividad química- en su doble experiencia como médico de familia y de hospital.

En un encuentro informativo con periodistas españoles en la planta de fabricación de Boiron en Sainte-Foy, cerca de Lyon, Marijnen destacó que la homeopatía "responde a una observación rigurosa del paciente", con su correspondiente examen y pruebas complementarias para facilitar un diagnóstico correcto.

La única diferencia con la medicina convencional será el tipo de tratamiento, dijo, aunque lo importante debe ser el paciente, y cada vez son más los profesionales de la medicina (el 30% en Francia) que recurren a ambas opciones terapéuticas. El experto apuntó tres condiciones para las indicaciones homeopáticas. Por una parte, "la patología tiene que ser reversible" y el órgano sobre el que se actúa no debe tener una lesión "definitiva" que le impida funcionar; se trata de resolver "problemas funcionales", no de sustituir a un órgano que no funciona. Por otro lado, "el medicamento tiene que existir" para poder aplicar el "fenómeno de similitud" en función de los síntomas; "hay enfermedades para las que no hay homeopatía", precisa. Y, además, el paciente debe tener "capacidades reactivas" al tratamiento.

A partir de esas claves, las indicaciones homeopáticas más habituales son las patologías comunes como gripe, resfriado, tos o dolor de garganta; las alergias; las patologías infecciosas, especialmente virales, en ámbitos como la otorrinolaringología o la neumología; las patologías funcionales digestivas; las cutáneas -eccema, urticaria, dermatitis de repetición--; trastornos emocionales reversibles como la ansiedad o la depresión; los trastornos del sueño; o el dolor, tanto postoperatorio como en reumatismos y traumatismos.

Tanto la fácil administración de sus típicos gránulos y glóbulos que se deshacen bajo la lengua -también hay presentaciones en jarabe, comprimidos, ampollas o gotas-, como su perfil de seguridad -no suelen registrar contraindicaciones, interacciones ni efectos adversos-, facilitan el tratamiento homeopático en pacientes infantiles, mujeres embarazadas, mayores y enfermos polimedicados. Esa tolerabilidad también es útil en terapias prolongadas para problemas crónicos.

Marijnen recordó que la homeopatía puede servir incluso de terapia complementaria para abordar efectos secundarios -como en la quimioterapia- y mejorar la calidad de vida del paciente en tratamientos oncológicos o antivirales. Pero recalcó que hay "indicaciones para las que no conviene usarla", como el cáncer, las patologías graves irreversibles o enfermedades mentales severas como la esquizofrenia o el trastorno bipolar.

El experto citó estudios y metaanálisis publicados en revistas científicas prestigiosas para subrayar la existencia de "propiedades físicas particulares" tras las diluciones homeopáticas, que "inducen un efecto en el sistema vivo". Tal efecto, remachó, es "diferente del placebo", no fruto del azar.

Desde Boiron se insiste en la creciente demanda y confianza en la homeopatía, con 300 millones de pacientes en 80 países y 100.000 médicos que la prescriben con frecuencia. En Europa la conoce el 75%, y casi un 30% de ese colectivo la utiliza. La directora adjunta del laboratorio homeopático, Valérie Poinsot, destacó el caso de Francia, donde el 56% la usa y el 80% confía en ese método terapéutico.

En España la conoce el 61% y el 33% la ha utilizado alguna vez (53% y 26% respectivamente en Andalucía); los usuarios actuales rondan el 27%, un 5% de modo regular y el 22% ocasional. Y la satisfacción con los resultados -sobre todo en afecciones víricas y respiratorias como gripes, catarros y resfriados; y en problemas de ansiedad y estrés- es alta: 82%, que llega al 87% al recomendar esas terapias. Más de 10.000 médicos, incluidos 4.400 pediatras y 700 ginecólogos, las prescriben habitualmente.

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