Jerez

La espera acabó en gangrena

  • Recibe 125.267 euros de indemnización tras esperar durante veinte días una operación que sólo llegó cuando el pie que se rompió en un accidente laboral comenzó a pudrirse

El Juzgado de Primera Instancia número 5 de Jerez ha condenado a la aseguradora Vitalicio Seguros a pagar 125.267 euros a un joven trabajador que, tras sufrir un accidente laboral, no fue atendido debidamente por MC Mutual, entidad dependiente de la referida compañía aseguradora.

Juan Antonio Ariza tenía 29 años el día en que se cayó del andamio. Fue el 1 de febrero de 2008 y la caída desde 4 metros de altura le destrozó el calcáneo, el hueso del talón. Fue atendido en primera instancia en el hospital de Puerto Real y acto seguido fue trasladado por su mutua, MC Mutual, al Hospital San Juan Grande de Jerez donde presta sus servicios Vitalicios Seguros. Llegó a Jerez con el pie inmovilizado para que fuera operado. El médico que le atiende decidió esperar tres días para verle el pie antes de ser operado al día siguiente, 5 de febrero. Pese a todo, los médicos deciden no operarle pues el pie está muy inflamado y se decide que éste siga inmovilizado. Finalmente, el día 18 (casi dos semanas y media después del accidente) se decide su traslado a Barcelona donde finalmente el día 21 fue intervenido. Después vendrían otras dos operaciones.

El Juzgado número 5 de la ciudad, en sentencia a la que ha tenido acceso este medio, considera que hubo "mala praxis" en el hospital San Juan Grande pues el médico debió haber intervenido para evitar que los trozos de hueso roto siguieran haciendo daño y causando desgarros en las zonas blandas. La circulación del pie se vio afectada sin que los médicos se percatasen de ello, lo que provocó que el paciente llegara a Barcelona "con el pie medio podrido en vida", aseguró a este medio el abogado José Luis Ortiz, de la Oficina del Defensor del Paciente.

Ortiz destaca que "los huesos al astillarse le produjeron el seccionamiento y corte de las venas safenas y tibiales. Allí le atendió un traumatólogo que inmediatamente de verlo, programó la cirugía para el lunes 4 de febrero, quedando incluso los consentimientos informados de cirugía y anestesia firmados por el paciente. Inexplicablemente, llegado el día decidió no intervenirlo, posponiendo la intervención sine die".

"El médico tampoco intentó tratar de manipular el pie para reducir los fragmentos o bien, emplear otras técnicas que tampoco se aplicaron. Inexplicablemente, tampoco le realizó al paciente, pese al enorme edema que presentaba en zonas blandas, estudios de profundidad del pie. Pero lo más grave de todo es que no le hizo ningún estudio de la circulación sanguínea del pie, que habría evidenciado que tenía seccionadas las venas safena y las venas tibiales y que no se estaba produciendo la circulación del torrente sanguíneo y que los tejidos en torno y alrededor del calcáneo se estaban necrosando por falta de riego sanguíneo", manifestó el abogado del Defensor del Paciente en base a lo dictado por el Juzgado número 5 de Jerez. Para colmo de males, la inmovilización y enyesado del pie provocaron que no se pudiera ver la evolución del color de la piel ya lo que al principio era un edema evolucionó a peor y acabó con necrosis parcial del pie.

Fue 17 días después del accidente cuando el pie comienza a oler mal y la mutua decide trasladar al paciente por vía de urgencia a sus clínicas de Barcelona. El juez considera que dicha decisión "debió tomarse mucho antes", así como que el paciente debió de haber sido objeto de pruebas (como radiografías en distintos planos) que habrían recomendado su inmediata intervención quirúrgica. El trabajo en la clínica de Barcelona, con más medios que la jerezana, fue arduo y duro, pues en primera instancia hubo que retirar del pie todos los tejidos muertos y necrosados.

Juan Antonio Ariza, que ahora cuenta 33 años, tardó 383 días en curar, fecha que el juez fija el 19 de febrero de 2009, cuando éste consigue la invalidez permanente total. Ni siquiera el retorno de Barcelona acabó con el calvario de Juan Antonio Ariza, ya que a su vuelta de la Ciudad Condal tuvo que ser reintervenido de osteotomía por el servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Puerta del Mar para corregir nuevamente el pie en garra que padece como consecuencia del accidente y de la mala praxis médica.

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